Informe Macroeconómico Coyuntural, septiembre 2023

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VICTOR SALAS


En la economía chilena el IMACEC se comporta con valores negativos, entre enero y junio, y en julio sorpresivamente sube, mientras que en agosto es -0,9%, dato más acorde con su evolución de 2023, entonces, lo que ocurrió en julio (1,8%), es probablemente un dato atípico que no está acorde con la política monetaria, que si bien ha comenzado a ser más expansiva aún mantiene la TPM en un nivel elevado (9,5%) que sigue siendo contractivo, manteniendo un acceso al crédito restringido, en el mercado financiero. La caída del IMACEC es más profunda de lo esperado por el mercado, siendo el comercio el que mantiene su caída. Lo más probable es que la actividad productiva mantenga su comportamiento y siga ajustándose lentamente durante el último trimestre y veamos tasas aún negativas, pero menores.


Tanto el IPC general como el IPC SAE, están disminuyendo y acercándose al límite superior del rango meta (4% anual en un horizonte de dos años), sin embargo, en septiembre se observa que el indicador que excluye la canasta de alimentos y energía (IPC SAE) no varió y se mantuvo en 5,2%, por lo que se ubica actualmente sobre el IPC general (5,1%) que disminuyó en 0,2%. El IPC SAE no pudo disminuir y se encuentra más rezagado en su proceso de convergencia respecto al general porque el precio de los combustibles está aumentando fuertemente en el segundo semestre del año. Entre agosto y septiembre, el precio en dólares del barril de petróleo WTI y Brent aumentó 10% y 9,1% respectivamente, con un promedio entre julio y septiembre de 8,5% para el WTI y 8,0 para el Brent. En suma, estos aumentos del combustible obligan a desembolsar más dólares para importarlo (menos dólares en la economía local, por lo que es más escaso), y obligan a los productores a traspasar el mayor costo a toda la cadena dependiente, afectando finalmente a todos los sectores productivos y con mayor fuerza a los consumidores.


En síntesis, los datos de la realidad económica indican que la actividad productiva, medida por el IMACEC, retoma su senda de claros valores negativos, los que ha tenido durante casi todo el año, mostrando que nuestra economía está estancada y se mueve hacia un PIB anual entre -0,4 y -0,2%. A la vez, en septiembre 2023, tanto los IPCs (general y subyacente), dejan su tendencia declinante y se “estacionan” sobre 5%, lo que genera preocupación especial por el control de la inflación.


El desempleo está respondiendo a su tendencia. En agosto llegó al 9% siendo su promedio anual 8,6%, tasa que es casi un punto superior a la del 2022 (7,7%). Luego, más allá de la estacionalidad, se está enfrentando una mala situación para el empleo y la economía chilena que se espera tenga un bajo crecimiento en 2024, por debajo del 2%, lo que no desatará ninguna fuerte expansión del empleo. Más aún, en agosto 2023 se observa, por primera vez en el año, una destrucción de empleos, lo que no es sorpresivo, ya que desde hace meses atrás existe una tendencia a la baja en la creación de empleos por recuperar, para tener la tasa de ocupación prepandemia, rompió su tendencia a la baja y ahora va en aumento, según estima el Equipo del Conversatorio de Política Económica del Departamento de Economía de la USACH, hoy faltan más de 500 mil puestos de trabajo, estancamiento que demuestra la poca y casi nula capacidad de crear nuevos empleos en la economía.


En el mercado cambiario, los meses de julio y agosto no fueron positivos, el tipo de cambio nominal (CLP/USD) se ha estado depreciando fuertemente, aumentó 5,2% en agosto respecto julio y 3,4% en septiembre respecto a agosto. Así, el dólar ha estado subiendo desde julio 2023 (779,9 entonces) y ha llegado a 926,19 pesos por dólar, al 13 de octubre 23. Pero ha estado alrededor de 940 pesos por dólar en los últimos días de la semana. El dólar se mueve al alza porque los precios internacionales siguen altos y en el caso del petróleo, se fortalece levemente por el conflicto bélico entre Israel y Hamas, mostrando que, por ahora, en el estado actual del conflicto no existe mayor impacto en los precios del petróleo, sin embargo, se abren expectativas de guerra con la operación militar israelí sobre Gaza. El dólar nominal también sube porque el precio del cobre está en retroceso (por una tasa de interés alta en USA y Europa, que se asocia con un crecimiento débil para este año y también para el próximo, lo que significa menor oferta de dólares en el mercado cambiario chileno y deprecia nuestra moneda. Alzas a las que habría que agregar los impactos en la demanda de dólares por las expectativas respecto a la situación política nacional que, de no mediar acuerdos, impulsa salida de capitales y depreciación de nuestra moneda.


El Banco Central, después de haber mantenido durante 9 meses su tasa de política monetaria, TPM, en 11,25%, comenzó en julio de 2023, el proceso de recorte de tasas de interés en la economía. La política monetaria y fiscal contractiva aplicada ha permitido que la inflación, no exenta de rezagos, por el contexto internacional (conflictos geopolíticos) y nacional (contexto político), tienda a converger al rango meta que fija el Banco Central para el IPC en un horizonte de dos años, ubicándose a septiembre en 5,1% anual con proyecciones del Banco Central y de especialistas, de alcanzar el 4,3% anual en diciembre. A esta fecha la TPM está en 9,5% y se espera que en la reunión de fines de octubre descienda a 8,75% promedio, ratificando el levantamiento paulatino de las restricciones monetarias locales, en un contexto en donde el mundo emergente aún está aumentando los tipos de interés y la FED está en dudas de hacer un último aumento de tasa en este año. Sin embargo, la realidad internacional está volviendo a generar presiones inflacionarias en el país y finalmente en Chile, a fin de 2023, podríamos encontrarnos con una tasa más cercana a 5%.


Este proceso de convergencia y normalización es un signo de que este año se cumplirá la proyección de crecimiento de -0,4 a -0,2% en Chile y según el Banco Central en 2024 la economía debería volver a su crecimiento factible, que estima entre 1,25 y 2,25% anual y Hacienda en 2,5%. Aunque, estimaciones internacionales recientes proyectan para Chile, tasas débiles de crecimiento en 2024, del orden de 1,8%, lo que indicaría una estabilidad precaria, sin perspectivas de crecer en los niveles adecuados para resolver las grandes necesidades sociales que vive el país.


La economía chilena está en una situación compleja, de control de precios y de búsqueda de mayor inversión y de reactivación económica, lo que requiere, además, amplios acuerdos políticos. Por eso, es relevante que las políticas económicas que se apliquen en este momento reactiven la producción y el empleo y mantengan, simultáneamente, baja la inflación de precios.



Víctor Salas Opazo y Equipo1

Conversatorio de Política Económica

Departamento de Economía, USACH


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