Sr. Director,
La próxima cumbre entre la CELAC y la UE, que se llevará a cabo los días 17 y 18 de julio, podría marcar el inicio de una nueva fase de cooperación entre la UE y América Latina. Durante las últimas dos décadas, la UE no ha mostrado un interés particular en nuestra región, mientras que ésta ha buscado acercarse a China. Ambas partes deben demostrar ahora si desean establecer un nuevo marco de cooperación.
El reciente acuerdo entre Chile y la UE es un buen augurio. Este tratado ha encontrado un equilibrio entre las necesidades estratégicas de la UE, como el acceso a materias críticas, como el litio, y las aspiraciones de Chile de desarrollar su modelo productivo con la creación de industrias de valor agregado. Además, ambas partes comparten el compromiso con el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, el reciente choque entre Mercosur y la UE muestra la fragilidad de esta nueva etapa. La UE aspira a incluir en el acuerdo el uso de sanciones comerciales en caso de incumplimientos en materia medioambiental, algo que no está previsto en el acuerdo con Chile. Esta discrepancia podría hacer fracasar una negociación que ha durado más de 20 años. El presente semestre se presenta como una oportunidad única para cerrar definitivamente este acuerdo comercial. Lograrlo demostraría que la UE y América Latina han entrado verdaderamente en una fase renovada de cooperación.
Andrés Delgado Casteleiro
Profesor de Derecho Internacional
Universidad Autónoma de Chile