Cómo Tener Una Esperanza Verdadera En El Futuro

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David Quijano

Alguien dijo que cuando no se tiene esperanza en el futuro, se deja de trabajar o construir en el presente.


La esperanza en un futuro mejor puede ser un impulso poderoso para comprometerse con una causa u objetivo en el presente, esforzándose para construir algo mejor, para nosotros, para nuestras familias y para nuestro país.


Sin embargo, si esa esperanza desaparece o se hace más difusa, es probable que el esfuerzo y compromiso también disminuyan y por consiguiente, no se alcancen las metas o los resultados finales estén por debajo de lo esperado.


La esperanza nos da un sentido, una motivación para alcanzar una meta, pero si esa esperanza se desvanece, es fácil no sólo sentir desconfianza, sino también desánimo, temor y hasta desidia o indiferencia.


Los últimos 3 años, nuestro país ha enfrentado múltiples procesos eleccionarios, como el plebiscito constitucional del 25 de octubre de 2020, elecciones municipales, de alcaldes, gobernadores y concejales en abril de 2021, elecciones presidenciales (primera y segunda vuelta), plebiscito constitucional en septiembre de 2022, consejeros constitucionales en mayo de este año, etc., procesos que sin excepción ofrecían un futuro mejor, pero por desgracia, muchas veces la evidencia indica lo contrario, generando una visión pesimista y socavando las confianzas.


Por eso es importante tener claridad y decidir dónde y en quién depositaremos nuestra confianza, ya que, si nuestra esperanza se debilita, es probable también que se frene el progreso individual y colectivo.


Por eso creo firmemente que es un error desviar la mirada de Dios y poner nuestra esperanza en los hombres, no importa cuán bien intencionados sean.


Tal vez por esto, Dios nos dice en el capítulo 12 del libro de Hebreos que pongamos nuestra mirada en Jesús, quien es el autor de la fe, quien sufrió la cruz por nosotros y se sentó a la derecha del trono de Dios y agrega que lo consideremos a Él, para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar.


También en el libro de Jeremías Dios nos dice que Él tiene planes de bien para nosotros para que tengamos un futuro mejor.


Por eso, no debemos olvidar que Dios siempre contestará las oraciones de sus hijos, cuando le pidamos con un corazón humilde, tal como nos dice el libro de Crónicas, que si nos humillamos delante de Él y le buscamos y nos apartamos de nuestros malos caminos, el Señor nos oirá y nos perdonará y sanará nuestra tierra.


Por esto, si queremos ver días mejores, con verdadera esperanza en el futuro, debemos replantearnos en quién confiaremos, acaso en las personas y sus nuevas ideologías que nos sorprenden cada día, o depositaremos nuestra esperanza en Dios y en su palabra. Yo personalmente escojo lo segundo.


Juan David Quijano

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