Cristóbal Cortés-Monroy Ex PDI – CEO XimioxGroup

Crimen organizado en Chile: ¿Nos están ganando la pelea?

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Si retrocedemos solo unos años en el tiempo, le invito a preguntarse ¿Era común ver en Chile a personas muertas en el estacionamiento de sus departamentos? ¿O encontrarlas sin vida en un auto bajo la oscuridad de una calle solitaria?


Una organización criminal se caracteriza por cometer asesinatos, ajustes de cuenta, cohecho, soborno, sicariato y más, diferenciándose de lo que comúnmente conocíamos como una banda criminal, o un asaltante que actuaba solo.


Y es que no es solo un grupo de delincuentes sembrando el temor en la población y adueñándose de las calles, sino que funciona de forma estratégica, donde cada uno de sus integrantes cumple un rol, formando una jerarquía interna, cual si fuese una empresa.


El dominio se va obteniendo de a poco, comienzan a apoderarse de territorios, empresas, a lavar dinero y a reclutar personas dentro de la población donde se insertan ¿a cambio de qué? De darles educación, o lo que haga falta, tomando un rol de cubrir las falencias del Estado, o de las propias familias en las que han nacido.


Como ejemplo tenemos a los terroristas, cuyas organizaciones criminales fidelizan a tal punto a la gente que trabaja para ellos, que en ocasiones no les importa ponerse en peligro, cual si fuese un honor perder la vida en el acto.


Si debemos compararlo con algo, es posible decir que son las mismas técnicas utilizadas por una secta, con un código interno propio de lealtad hacia sus líderes, generando nodos de semi líderes, a cuyos grupos todos aspiran pertenecer. Esta jerarquía de la que hablo, se va formando conforme a tareas que van siendo cumplidas, designadas por la organización, y logradas con efectividad, éxito y mayor limpieza.


En países como Colombia, Perú o Venezuela, por ejemplo, estas organizaciones han llegado incluso a cobrar cuotas a comerciantes o grandes empresas para darles protección, transformándose en una especie de empresas de seguros que dan fe de que los miembros de su propia organización no les robaran, asaltarán, secuestrarán, ni cometerán actos ilícitos en su contra.


Hoy vemos en Chile cómo se comienza a perder poco a poco el control por parte del Estado. Ojo, no estoy hablando del gobierno de turno, o de las responsabilidades del anterior, sino que del Estado y todos quienes lo componen.


La forma de poder combatir el crimen organizado, primero, es entendiendo que no se trata solamente de una misión del gobierno de turno, ni de los auxiliares de justicia o policías. Si se habla de un grupo organizado, jerarquizado, con roles definidos, esquematizados y disciplinados, hay que quebrarles el esquema con un grupo aún más grande que no son ni las policías, ni ninguna otra autoridad. El grupo más grande son las comunidades.


¿Cómo poder hacer valor y frente a esta lucha? Logrando que la colaboración sea masiva y pública, con un código abierto. Comunidades con comunicación instantánea, coordinadas y con un plan de acción, entregando la información y con antecedentes que aportar. Le aseguro permitiría la reducción de delitos, pues son ojos que observan en cada rincón del país para que los actos no queden impunes. De esta forma se inhiben y neutralizan, debiendo migrar a otro lugar.


Cristóbal Cortés-Monroy Ex PDI – CEO XimioxGroup

europapress