Lanzando la pelota al corner

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Luis Riveros

Cuando en futbol se hace poco sostenible una situación de defensa, se dice que los jugadores del equipo en desventaja “chutean la pelota al corner”. Con esta maniobra, arriesgada puesto que el corner podría terminar en un gol del equipo contrario, se reduce la desventaja creada frente a un ataque inminentemente exitoso del equipo contrario. Asunto de técnicas futbolísticas se dirá, pero no alejadas del análisis de riesgo de las acciones y del eventual costo de la acción defensiva.

El Presidente Boric declaró que, en el caso que triunfase la opción “rechazo”, el país debe iniciar nuevamente un ciclo de análisis y preparación de un proyecto de nueva Constitución. Para eso sugirió que debería repetirse el proceso de elección de una Convención Constitucional, entregarle ciertos plazos y obtener de ella otro proyecto para convocar a un nuevo plebiscito. Una jugada riesgosa. Por una parte, porque reconoce la debilidad y probable derrota de la opción apruebo. Sin embargo, el presidente está aparentemente apostando al fortalecimiento de la misma, bajo la amenaza de repetir el proceso que ya el país ha vivido, y que no ha estado exento de grandes controversias y traumas políticos. El país, como lo han señalado varios expertos, está viviendo una especie de “fatiga constitucional”, atosigada la ciudadanía con mensajes y lecturas sobre el texto propuesto, y luego de haber vivido un largo y agotador proceso de discusión en la Convención Constitucional, rodeado de noticias falsas, alardes comunicacionales y alta exposición de situaciones rayanas en lo estrambótico. Frente a esto, la opción presentada por la primera autoridad parece recurrir al agotamiento ciudadano con el proceso vivido, y con eso se fortalecería la opción “apruebo” para terminar con el asunto de una sola vez. Se ha tirado la pelota al corner, con todos los riegos que ello envuelve.

Evidentemente una decisión como la de repetir el proceso recae en el parlamento, y debe obedecer a un cierto acuerdo político cuyas bases, en el eventual escenario del triunfo de la opción “rechazo”, no están aún del todo claras. El anuncio del presidente, ratificado posteriormente como la posición del gobierno en el escenario que dibuja el triunfo de esta opción, no necesariamente obedece a la realidad que se impondría a partir del 5 de Septiembre. El acuerdo sobre la base del cual se creó la Convención Constitucional y se pusieron plazos y normas para el plebiscito de salida, obedeció a un consenso político que respaldaron la casi totalidad de los partidos. Eso le dio credibilidad y viabilidad del punto de vista político y parlamentario. No está claro que esas mismas condiciones se den para poder repetir el proceso, tal y como se ha anunciado. Probablemente el disparo al corner no tendrá efectos positivos para la posición del gobierno, el cual no debiera, en todo caso, arriesgar su menoscabado capital político para defender una de las opciones en juego en el proceso plebiscitario.

Es importante que la ciudadanía tenga toda la información disponible sobre esta materia, que pone bajo riesgo mucho del futuro del país. La opción rechazo no deja al país de vuelta a la Constitución de 1980, como se ha dicho. En realidad se vuelve a la Constitución vigente promulgada el año 2005, la cual indudablemente, y en todo caso, necesitaría enmiendas en el marco de los cambios políticos y sociales que dominan al país. Esto demanda una explicitación de tales cambios y una estrategia para poder abordarlos, lo cual no debería envolver un proceso tan desgastante y oneroso como el que el país ha vivido. Posiblemente haya que pensar en que el Parlamento asuma el poder constituyente, apoyado con un comité de expertos, que en Chile los hay y de excelencia en el ámbito del derecho constitucional. La opción “rechazo”, que mantiene una aparente situación de ventaja, necesita articular la ´propuesta de salida para la circunstancia que se creará el día 4 de septiembre.


Prof. Luis A. Riveros 

europapress