Matías Padilla, Fundación para el Progreso

​30 Años

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Cartas al director


Sr. Director,


La constitución de las incertezas o intenciones no claras podríamos nominar al actual borrador constitucional que como ciudadanos nos convocamos a discutir durante estos meses. Pues, a medida que avanzamos en su paginas nos encontramos con grandilocuentes principios que abarcan mucho y dicen nada. Un catálogo amplio de derechos sociales que parecen bajar del cielo a solucionar la calidad de nuestras vidas, pero de la forma, sabemos poco o nada, solo que tendremos al Estado y a sus burócratas más presentes. Podrían desaparecer las AFP, porque un principio como la solidaridad de las pensiones en el texto las haría inconstitucionales, en consecuencia, ¿qué es lo que pasaría con nuestros ahorros? No hay manera de saberlo. Un congreso con facultades desbordantes de los demás órganos del Estado, sin frenos ni contrapesos. ¿Qué democracia es la que vendrá a parar? Una justicia escalofriante, que divide y pone a unos sobre otros. ¿Qué horrores resultaran de una justicia politizada e indigenista?

Las incertidumbres siguen a lo largo del texto, que se asemeja más a una mala ley que a una constitución de un país que aspira al desarrollo. Empero, el problema es de nosotros; los ciudadanos a pie, quienes debemos vivir con la incerteza de que las futuras leyes enmienden en algún sentido este experimento constitucional en caso de aprobarse. Por que ellos, los del poder, tienen la certidumbre de que el borrador les favorece y acomoda porque les representa mayor potestad para ellos y sus colegas.


Matías Padilla

Fundación para el Progreso

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