Industria agrícola: El valor de capacitarse e innovar

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Andrea ramos

La capacitación profesional es un factor esencial en el mundo en que vivimos hoy, sin importar el área a la que te dediques o los años de estudio que cumpliste antes de ingresar al mundo laboral. En un entorno cambiante donde las herramientas que se usaban hace 10, 5 o incluso 3 años hoy están obsoletas, el aprendizaje constante mantiene a las personas vigentes y mentalmente activas.

En la agricultura esta capacitación es de gran importancia, porque se trata de un área que pese a existir desde los inicios de la civilización, ha debido modernizarse y enfrentar nuevos retos, siendo el más grande de ellos la crisis climática que vivimos mundialmente debido al aumento de las temperaturas y la baja en la cantidad de lluvias. En un contexto así, cuidar un recurso escaso como el agua requiere de profesionales capaces y al tanto de las últimas innovaciones en el área.

El rol del ingeniero agrónomo en la industria agrícola es uno de los que requiere mayor capacitación e innovación. Como encargado de organizar los beneficios naturales de forma exacta para desarrollar el sector agropecuario, rural y la industria agroalimentaria utilizando la ingeniería y la tecnología, son quienes hacen posible que los agricultores y los ganaderos trabajen de un modo más eficiente.

Pero ¿Cómo hacerlo bien ante condiciones adversas? Lo primero es informarse y no quedarse sólo con la experiencia del trabajo propio. Un simple análisis de los problemas agrícolas que están ocurriendo en otras partes del mundo puede ayudar a entregar otro enfoque a los problemas, entender cómo los están resolviendo en países más desarrollados y qué buenas prácticas podrían implementarse localmente.

En lo referente a la familiarización e incorporación de nuevas tecnologías, existen actualmente alternativas de software, big data e Inteligencia Artificial que estudian las necesidades específicas de recursos y riego de cada productor y diseñan un plan de trabajo customizado. El paso uno es conocerlas y romper el prejuicio en cuanto a su uso y paso dos,

apoyarse en esas herramientas tecnológicas y sumarlas a la operatividad diaria, con beneficios concretos como por ejemplo, un ahorro de agua de entre 20% y 50%, mejora en el rendimiento del riego, mano de obra, y electricidad. Además, son soluciones que pueden monitorearse a través de un computador o dispositivo móvil, haciendo mucho más fácil la interacción.

Países y empresas de todo el mundo trabajan hoy para llegar a la carbono neutralidad en 2050 y el mundo agrícola es una pieza vital en esta gran meta. Los profesionales de esta área que se adaptan y son resilientes ante condiciones adversas, tienen cabal conocimiento de los escenarios a los que nos enfrentamos y acceden a la tecnologías e innovación que están a su alcance para implementarlas de la manera más adecuada posible, son quizás la pieza clave para el futuro.

La capacitación brinda muchos beneficios a los empleados, como la mejora en la eficiencia y la efectividad, el desarrollo de la autoconfianza y la autogestión. Pero en el caso de la agricultura, el aprendizaje tiene además la facultad de ayudarnos a construir un mundo mejor y más sustentable antes de que sea demasiado tarde.


Andrea Ramos, 

Country Manager Kilimo en Chile

europapress