​La Salvación Viene Sólo de Dios

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Juan David Quijano


Los expertos dicen que estos últimos dos años nuestro país ha vivido su mayor crisis política y social desde los años 70, con una profunda polarización, con falta de referentes morales e instituciones debilitadas y carentes de credibilidad, con delitos de una violencia inusitada y un narcotráfico que corrompe a nuestra sociedad, todo lo cual genera temor y dudas respecto del futuro de nuestra nación.

Un año, además, muy marcado por la continuación de la pandemia y por la polarización y división de nuestro pueblo en distintas ideologías, con una creciente sensación de inseguridad debido a los constantes desórdenes en determinados sectores del país y de la capital, y con una crisis migratoria que parece no tener una fácil y pronta solución.

Además, este año 2021 ha sido un año de múltiples elecciones de autoridades, como los constituyentes, alcaldes, gobernadores y próximamente de senadores, diputados y presidente.

Sin duda estas situaciones generan dudas y temor, temor por la seguridad de nuestras familias, dudas ante un futuro incierto con nuevas reglas del juego y con efectos desconocidos, dudas en cuanto a si las personas que están proponiendo esos cambios, son verdaderamente los más idóneos para impulsarlos, los más capaces y con mayor integridad.

Porque más allá de las buenas intenciones que todos quienes impulsan dichos cambios, declaran tener, quién podría garantizar que lo que estamos viviendo dé como resultado un Chile mejor, donde podamos avanzar con mayor justicia y unidad, cerrando las heridas del pasado y no caer en la triste situación que viven otros países de la región, donde sus propios habitantes deben huir para poder comer y tener la esperanza de dar a sus hijos un futuro mejor.

Quizás por esto el Salmo 121 nos dice: Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? y luego el salmista responde: Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra, y agrega que el Señor no nos dejará resbalar, ni se dormirá o adormecerá y que Él nos guardará de todo mal.

Por eso creo que todos aquellos que creemos en Dios, debemos buscar socorro solo en Él, poner nuestra mirada en el Señor y con un corazón sincero y humilde, pedirle que restaure a nuestro país, que corrija lo que debe ser corregido y fortalezca lo que debe ser fortalecido. Que no permita que Chile sea destruido por falsas ideologías o promesas de igualdad y prosperidad. Pidámosle que en Chile exista verdadera justicia, pero no venganza, que podamos reconciliarnos con Dios y también entre nosotros. Que reconozcamos nuestros errores y también los aciertos de los demás, ya que en Chile muchas cosas funcionan bien y hemos sido ejemplo durante muchos años para otras naciones, especialmente en nuestra región, gracias a un trabajo largo donde todos los sectores de la sociedad aportaron para ese objetivo.

Pidámosle al Señor por nuestras autoridades, por los liderazgos políticos, por la redacción de la nueva Constitución, que sea Dios quien dirija a esas personas para que tengamos un país más próspero y seguro, donde ver crecer a nuestros hijos y poder vivir en paz, ya que sólo en Dios está la salvación.


Juan David Quijano

europapress