Industria ilegal de coyoterismo

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La industria ilegal del tráfico de personas en América Latina y el Caribe, particularmente en Ecuador desde hace muchos años ha sido un negocio altamente lucrativo. Vista a partir de la enorme cantidad de recursos económicos que mueve, se estima que en 2019 fluctuaba entre 100 a 120 millones al año, para este tiempo en época de la crisis sanitaria de la COVID-19, en lo que va de 2021, cuando la curva se va aplanando, esta industria ilegal, conjuntamente con los chulqueros y algunas financieras informales, habrían movido más de 1.345 millones de dólares en el país y no se tiene un dato total aún en el continente.

Desde hace muchos años, las familias, motivadas por la falta de políticas públicas adecuadas frente a las desigualdades económicas existentes en los respectivos países, han visto como permanentemente se pulverizan sus condiciones de vida, lo que hace imperativo que traten de escapar para encontrar una salida a sus necesidades mediante la aventura de emigrar, ya sea hacia los Estados Unidos y otros países del primer mundo, y para ello se vuelven presa fácil de la delincuencia del coyoteriosmo o tráfico de migrantes e incluso trata de personas.

Se podría señalar que lo que motiva a la población a la emigración y a exponer sus vidas en semejante emprendimiento tiene su base en la violencia estructural, de un sistema social imperante que se ha vuelto incapaz para garantizar a sus habitantes condiciones mínimas de sobrevivencias y que convive con la pobreza, la pobreza extrema, la violencia doméstica, la economía informal y delictiva, el tráfico entre otros factores que a vista y paciencia de los gobernantes se ha ido arraigando en la sociedad hasta convertirse en parte de ella misma.

Otro fenómeno que se ha sumado a la crisis existente y que ha sido decisivo para motivar a las personan a abandonar su lugar de origen en busca de mejores días y caer en manos de los traficantes de humanos, es sin duda la gran depresión económica causada por la Pandemia de la COVID a nivel planetarios, que ha lanzado a una gran parte de la población mundial a la pobreza y con mayor fuerza a los habitantes de los países emergentes, por el incremento masivo de las necesidades económicas derivadas de la pérdida del empleo, se sostiene que esta crisis podría ser similar o superior a la que el mundo experimentó en los años 20 del siglo pasado.

Factores decisivos que han alentado a las personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad económicamente hablando a emigrar y con ello caer en las redes del coyoterismo, tráfico ilícito de migrantes y los financistas informales en los países de América Latina y el Caribe, un porcentaje de las personas que caen presa de los infractores, son por lo general personas que perdieron su fuente de ingreso y frente a la necesidad de liquidez acuden a los prestamistas informales o chulqueros quienes le prestan dinero a altos intereses y luego frente a la imposibilidad de pagar son altamente explotados en todo sentido.

José un emigrante ecuatoriano, dijo a la prensa, “me vi obligado a emigrar, mis padres estaban endeudados, estaban a punto de que los prestamistas le quitaran la casa y la finca, no me quedó más remedio que buscar la forma de viajar a Estados Unidos para trabajar y ayudar a mi familia a salir de la deuda, lamentablemente la migra me devolvió, pero debo volver a intentarlo” Esta es una cruda realidad, la población vulnerable del país se encuentra desprotegida y eso lo hace presa fácil de organizaciones delictivas.

En Ecuador, se ha manifestado que estamos frente a una segunda ola migratoria, después de la primera que tuvo lugar a finales de 1999. Para este tiempo, sobre todo en los meses de junio hasta lo que va de septiembre de 2021, se ha observado como miles y miles de compatriotas en un aproximado de 1 millón 500 mil personas, sin importar edad ni sexo abandonan el país, esperanzados en el “sueño americano” y en los engaños de los comerciantes de la movilidad humana, chulqueros y financistas, quienes recurren a la mentira para lograr su propósito.

800migrantes, ha difundido que un viaje irregular desde Ecuador hacia los Estados Unidos tiene un costo de 15.000 dólares, que son depositados en manos de coyoteros. Esto evidencia que dependiendo de las condiciones y del periplo y el dinero que necesitan llevar para imprevistos, una experiencia de este tipo que implica enormes riesgos como la de atravesar el desierto de México, evadir permanentemente a la delincuencia y a la migra de frontera, tendría una inversión aproximada de 20.000 dólares por persona.

No todos pueden llegar a su destino, la mayoría fracasa en el intento, pero hay personas que lo vuelven a intentar, motivados por los anuncios en las redes sociales que está de moda, en donde se resalta la escasez de trabajadores en Estado Unidos, por la supuesta renuencia a trabajar de los desempleados por bajos salarios y largas jornadas de trabajo. Esto sin duda vuelve atractiva la aventura frente a la deplorable condición que se experimentan en el país, no hay trabajo, pobreza extrema en crecimiento, necesidades básicas insatisfechas. Lo que obliga a las personas a arriesgarlo todo, en su grito de batalla, “suerte o muerte”.


Prof. Félix S. Pilay Toala

Doctor. Economista, Magister en Administración Pública.

Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo

ptfs@pucesd.edu.ec

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