​Con más esperanza que miedo

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Mario Astorga

Hay un sector empresarial y de ciudadanos que está anonadado y asustado por los resultados de las últimas elecciones, especialmente por la elección de constituyentes. Como los lectores de esta columna conocen dichos resultados, no daré la lata de repetirlos, pero los resumiré en tres: un castigo aplastante a los partidos políticos, un apoyo mayoritario a los independientes y una Convención Constituyente compuesta mayoritariamente por líderes “de soluciones” conocidos a nivel local, pero desconocidos a nivel nacional; esta ha sido, a mi juicio, una bella manera de consolidar la democracia real. La gran mayoría de los “políticos conocidos” a nivel nacional NO PASARON el test de éstas últimas elecciones. … Por algo será.

Escribo esta columna para los que tienen miedo a los resultados de la Convención Constituyente, CC, porque su miedo, por el momento pre-juicioso, le hace un flaco favor al país. Ese miedo lo veo reflejado en varios grupos de chats que festinan la CC antes de cualquier señal relevante, variadas funas que se concentran en los bajos perfiles educacionales y en otras en la poca experiencia política de algunos constituyentes, sin tomar en cuenta que la gran mayoría tiene un marco profesional totalmente más que suficiente para hacer un buen trabajo. Otros gastan sus energías recordándonos a Chaves y Maduro en su proceso constituyente liderado desde su seudo democracia, que hoy es ya una dictadura. Si hay gente que libremente le cree a Maduro en Venezuela es porque no tienen capacidad de razonar ni de informarse por su cuenta debido, al igual que Chile, a que la elite prefirió concentrarse en ganar más y en tener un PIB mayor, que en mejorar la paupérrima educación de los que menos tienen. Un pueblo educado hubiese botado, hace años, a un gobierno tan ignorante y empobrecedor.

Para los más temerosos es bueno recordarles que más de dos tercios de la Convención Constituyente, está compuesta por profesionales, con 5 o más años de estudios superiores, la mayor parte de ellos de las universidades más tradicionales de Chile. Personas que fueron educadas en razonar, discutir, defender posiciones y negociar. Además, un grupo muy importante de ellos está entre los profesionales más reconocidos a nivel nacional por su lucidez y compromiso con el desarrollo de Chile entre otros: Benito Baranda, Patricia Politzer, Agustín Squella, Jorge Arancibia, Bernardo De la Maza, Fernando Átria, Jorge Baradit, Marcela Cubillos, Daniel Stingo, Hernán Larraín, Bernardo Fontaine, Bárbara Rebolledo, Felipe Harboe, Luis Mayol y Elisa Loncón; solo por mencionar a algunos. Todos ellos profesionales muy destacados en sus respectivas áreas.

Para aquellos que temen que el Partido Comunista tome el control de la CC les recuerdo que la mayoría de los independientes han declarado que no quieren ninguna relación ni con el PC, ni con el FA ni con ningún otro partido político. Menos aceptarán su hegemonía.

Para los que creen que esta elección clavó la rueda de la fortuna en un determinado sector político les recuerdo que un 43,2% de los constituyentes sacó menos de un 4% de los votos del distrito y que el 80% del total de los constituyentes (124 de ellos), fueron elegidos con menos de un 10% de las preferencias de su distrito. Esto no deslegitima su elección, pero muestra lo líquido del panorama electoral chileno.

Los resultados electorales muestran que un 63% de los 138 escaños-no indígenas, es decir 88, estarán ocupados por independientes, siendo solo 50 escaños para militantes de partidos. Por primera vez la ley permitió presentar listas de independientes para la elección de constituyentes y el pronunciamiento de la ciudadanía fue claro. No podía ser de otro modo. Todas las últimas encuestas señalan que los partidos políticos tienen menos de un 5% de aprobación entre la ciudadanía, pero, a pesar de eso, siguen controlando más del 90% de los cargos públicos elegidos en votaciones populares. La CC es la primera excepción de muchas que seguro vendrán a futuro.

No fue así en el caso de los alcaldes donde el 85% son de partidos políticos, y solo 15% son independientes. La manipulación que significa la actual Ley General de Elecciones, que impide a los independientes ir en una lista común, se nota brutalmente en el caso de las elecciones de concejales. En estas los candidatos independientes a consiguieron apenas el 1,5% de la votación. La diferencia de resultados entre la elección de constituyentes (con listas de independientes) y la elección de concejales (sin listas de independientes) deja en claro que el mecanismo electoral definido por los partidos le tiene secuestrada la democracia a los ciudadanos. Posiblemente ese secuestro sea responsable de que la abstención siga aumentando. En la última elección votó solo el 43,35% del padrón electoral, 7,6% menos que en el plebiscito de octubre de 2020.

Ahora, en relación a los grandes temas que abordará la constitución, la opinión de los constituyentes elegidos se puede englobar en cinco grandes temas que concentran el 68% de las propuestas. La primera de ellas es la preocupación por el medio ambiente y muy particularmente la protección de la naturaleza y el desarrollo sostenible. Otro gran tema común es el de género y diversidades sexuales y aborto. Un tercer tema es la explotación de los recursos naturales, en especial establecer el derecho al agua declarándola como un bien nacional de uso público. Un cuarto tema común es crear una institucionalidad que permita consagrar el desarrollo de la ciencia, el conocimiento y la investigación como un derecho en Chile. Y en materia de cultura los constituyentes buscan resguardar el derecho a incentivos a la creación, como el acceso al desarrollo cultural del país. Todas materias en las que Chile está al debe

Entre los electos, los derechos más mencionados que debieran estar en la Constitución son los relativos al mercado laboral, tanto individuales como colectivos (sindicalización, huelga y negociación colectiva). En segundo lugar, aparece el derecho a la educación. Le siguen el fortalecimiento del sistema público de salud y seguridad social y, por último, vivienda, derecho que no se encuentra actualmente consagrado en la Constitución, buscándose garantizar mínimos de habitabilidad.

108 de los 155 convencionales encargados de redactar la nueva Constitución consideran clave establecer el agua como un derecho básico y plantean la regulación o, directamente, el término de los derechos de aprovechamiento en manos de privados. En materia de derechos los convencionales tienen elementos elementos comunes, pero la mayoría proviene de la lucha por derechos específicos: derecho al agua, ambientalistas, pro-bicicleta, pro DDHH, pro organizaciones sociales de base. Cada uno de esos derechos requiere de financiamiento y los Constituyentes que hemos elegido saben, desde un comienzo, que los recursos, incluso con aumento de impuestos mediante, no alcanzan para TODO; por ende será necesario negociar la gradualidad del avance en cada una de las materias. Entre las materias que preocupan al mundo empresarial, el 87% de los constituyentes respalda la autonomía del Banco Central y la mayoría quiere conservar el derecho de propiedad. En lo político el 86% está de acuerdo con un sistema semi-presidencial, o al menos atenuar el presidencialismo actual. Un 60% está de acuerdo en mantener los quórums supra-mayoritarios en materias específicas y un 57,8% de los constituyentes están a favor de mantener el Estado unitario actual pero dándole más atribuciones a las autoridades regionales. Un 73,3% plantea que la constitución debe incluir igualdad efectiva, salarial, entre hombres y mujeres.

Por todo lo anterior tengo mucha más esperanza que miedo con respecto a la nueva constitución. 


Mario Astorga De Valenzuela

europapress