FMI ajusta perspectivas de PIB y advierte expansión menos uniforme con crecientes tensiones

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta para 2018 y 2019 un crecimiento mundial de 3,9%, al igual que en la edición de abril de 2018 del informe Perspectivas de la economía mundial (WEO, por su sigla en inglés). “Aunque la cifra global hace pensar que las perspectivas mundiales no han cambiado desde entonces, las revisiones subyacentes apuntan a una evolución de las perspectivas según cada economía”, apuntó el organismo.

El pronóstico de base supone que, a pesar de una constricción gradual, las condiciones financieras conservan una tendencia favorable, con presiones aisladas determinadas por las diferencias de los fundamentos económicos. Se presume que la normalización de la política monetaria de las economías avanzadas seguirá su curso sin altibajos y con comunicaciones claras.

El Fondo añade que el aumento de la demanda interna (sobre todo de la inversión, que ha sido un componente importante de la recuperación mundial) continuaría con fuerte paso, inclusive a pesar de que el crecimiento del producto global se desaceleraría en algunos casos en los que ha superado la tendencia durante varios trimestres. En el pronóstico de base, los efectos contractivos directos de las medidas de comercio exterior previstas y anunciadas recientemente serían leves, ya que por el momento esas medidas afectan apenas a una proporción muy pequeña del comercio internacional. El pronóstico de base también presume que el optimismo del mercado se mantendrá sin grandes cambios, incluso a pesar de que el recrudecimiento de las tensiones comerciales constituye un importante riesgo a la baja.


Economías avanzadas


De acuerdo con las proyecciones, el crecimiento de las economías avanzadas se mantendrá por encima de la tendencia, en 2,4% en 2018 —un nivel parecido al de 2017— y luego disminuirá a 2,2% en 2019. El pronóstico para 2018 es 0,1 punto porcentual más bajo que el de la edición de abril del informe WEO, en gran medida porque se prevé una moderación del crecimiento más marcada en la zona del euro y en Japón, al cabo de varios trimestres de crecimiento por encima del potencial.

En EE.UU. el impacto a corto plazo de la economía se afianzaría provisionalmente, tal como se pronosticó en abril, y el crecimiento alcanzaría 2,9% en 2018 y 2,7% en 2019. El sustancial estímulo fiscal, sumado a una demanda final privada de por sí vigorosa, empujará el producto por encima del potencial y la tasa de desempleo por debajo de niveles desconocidos en los últimos 50 años, agudizando las presiones inflacionarias. Las importaciones probablemente repunten gracias a la vigorización de la demanda interna, ahondando el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos y ensanchando los desequilibrios excesivos mundiales.

En la zona del euro, “el crecimiento disminuiría poco a poco, de 2,4% en 2017 a 2,2% en 2018 y a 1,9% en 2019 (es decir, una revisión a la baja de 0,2 punto porcentual en 2018 y 0,1 punto porcentual en 2019 respecto de la edición de abril). La perspectiva en 2018 ha sido revisado a la baja en el caso de Alemania y Francia, después de que la actividad se debilitara más de lo esperado en el primer trimestre, así como en Italia, dado que se pronostica que el ensanchamiento de los diferenciales soberanos y el empeoramiento de las condiciones financieras tras la incertidumbre política reciente frenarán la demanda interna”, consignó el FMI.

Mientras, las perspectivas para Japón también ha sido revisado a la baja, a 1% en 2018 (0,2 punto porcentual por debajo de la proyección anterior) tras una contracción en el primer trimestre atribuible a la debilidad de la inversión y el consumo privado. Se prevé que la economía se afiance en lo que queda del año y entrado 2019, gracias a la reactivación del consumo privado, la demanda externa y la inversión.


Economías emergentes


Por su parte, se indica que las economías de mercados emergentes y en desarrollo han experimentado fuertes vientos cruzados en los últimos meses: encarecimiento del petróleo, avance de las rentabilidades en Estados Unidos, apreciación del dólar, tensiones comerciales y conflicto geopolítico. Por ende, las perspectivas de las distintas regiones y economías varían según la interacción de estas fuerzas internacionales con factores internos idiosincráticos. En términos generales, precisa la institución, las condiciones financieras siguen siendo favorables para el crecimiento, aunque se observan diferenciaciones entre los países que tienen que ver con los fundamentos económicos y la incertidumbre política.

“Dado que los beneficios que representa para los exportadores el avance de los precios del petróleo están en gran medida neutralizados por el lastre que representan para otras economías las fuerzas arriba descritas, los pronósticos de crecimiento global del grupo en 2018 y 2019 se mantienen a los niveles del informe WEO de abril: 4,9% y 5,1%, respectivamente”, concluye.

En las economías emergentes y en desarrollo de Asia, en tanto, se anticipa un desempeño constantemente vigoroso, con un crecimiento de 6,5% en 2018 y 2919. Se proyecta que el crecimiento de China se moderará de 6,9% en 2017 a 6,6% en 2018 y 6,4% en 2019, a medida que las regulaciones enfríen el sector financiero y la demanda externa disminuya. En India, la tasa de crecimiento subiría de 6,7% en 2017 a 7,3% en 2018 y 7,5% en 2019, a medida que se desvanezca el efecto negativo de la iniciativa de canje de la moneda y de la adopción de un impuesto sobre los bienes y servicios. Esa proyección está 0,1 y 0,3 puntos porcentuales por debajo de los niveles pronosticados por el informe WEO de abril para 2018 y 2019, respectivamente, como consecuencia del efecto desalentador del encarecimiento del petróleo en la demanda interna y de un endurecimiento de la política monetaria ejecutado antes de lo previsto debido a una proyección más fuerte de la inflación. Se prevé que en el grupo ASEAN-5, el crecimiento se estabilizará en torno a 5,3%, ya que la demanda interna conservaría el vigor y las exportaciones continuarían recuperándose.


América Latina


Por último, se estima que el crecimiento de América Latina experimentará un ligero aumento, de 1,3% en 2017 a 1,6% en 2018 y de 2,6% en 2019 (0,4 y 0,2 puntos porcentuales menos de lo proyectado en el reporte previo). “Aunque el alza de los precios de las materias primas continúa brindando respaldo a los exportadores de la región, el empañamiento de las perspectivas respecto de la edición de abril refleja la complicación del panorama para grandes economías, debido a la constricción de las condiciones financieras y el ajuste necesario de las políticas (Argentina); los persistentes efectos de las huelgas y la incertidumbre política (Brasil); y las tensiones comerciales y la prolongada incertidumbre que rodea la renegociación del TLCAN y el programa de políticas del nuevo gobierno (México). Las perspectivas de Venezuela, que está sufriendo un colapso drástico en la actividad y una crisis humanitaria, se revisaron nuevamente a la baja a pesar del repunte de los precios del petróleo, ya que la producción disminuyó con fuerza”, sentencia el Fondo.

europapress