En 1980, Corea del Sur era una economía emergente que dependía principalmente de la industria ligera. Su PIB per cápita por paridad de poder adquisitivo (PPA) era de unos US$2.300. En esa misma época, Taiwán basaba su economía en la manufactura (“made in Taiwan”) y tenía un PIB per cápita PPA de US$3.000. Israel en 1980 tenía un PIB per cápita tres veces más alto (US$7.500), pero hecho a base de agricultura y manufactura. Chile, por su parte, tenía un PIB per cápita (PPA) de US$ 2.500.
Me ha llamado la atención una encuesta realizada por el Consejo Talento Futuro respecto del uso de Inteligencia Artificial (IA), encriptación, realidad virtual y robótica, en la automatización de tareas dentro de las empresas (Encuesta Futuro del Trabajo 2023). Si bien la muestra es de solo 74 empresas, desde el lado de la oferta tengo que decir que no he visto que en las empresas de Chile el 42% de las tareas ya esté automatizadas – ni de lejos.
Hace 15 años, Sir Ken Robinson, en una conferencia TED (“Schools kill creatitity”, 2006) decía que “los niños que hoy entren a prekínder, cuando salgan a buscar trabajo, será para puestos de trabajo que hoy no existen, usando tecnologías que no se han inventado, para resolver problemas que no tenemos ni idea cuales serán”. El plazo se ha cumplido. ¿Se han cumplido las proyecciones?
Legislar en contra de cómo funciona un modelo de negocios es terminar con el negocio. Y el proyecto de ley que se está discutiendo en el Parlamento a propósito de garantía básicas laborales de quienes prestan servicios a través las plataformas digitales va en contra del modelo de negocios de éstas.
Las acciones iniciadas por la FTC contra Facebook me llaman poderosamente la atención. Tal pareciera que ser grande y tener una alta participación de mercado es sinónimo de monopolio y de prácticas monopólicas. En su momento Microsoft, privilegió su buscador en su sistema operativo Windows, lo cual efectivamente era una práctica desde una posición de fuerza. Por ello fue forzado a dejar que fuera el usuario quien decidiera qué buscador usar, lo que marcó el comienzo de la dominancia de Google. Pero cosa muy distinta es que haya 2.500 millones de usuarios que usan libremente una aplicación porque es sin costo monetario para ellos.
Anualmente, la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO por sus siglas en inglés), en conjunto con INSEAD y Cornell University, publican el Global Innovation Index (GII), que examina 131 países en todo el mundo a través de 80 indicadores, para medir la capacidad para innovar y los resultados de la innovación. Esto, a través de dos subíndices: el subíndice de insumos (examina los aspectos que generan un entorno favorable a la innovación) y el subíndice de producción de la innovación (examina el resultado de la innovación dentro del país). Los subíndices se componen de 7 pilares, los cuales a su vez miden un total de 21 variables. Ambos subíndices tienen el mismo peso. El puntaje del índice final va desde 0 a 100.
Habitando en el mundo digital, imposible no comentar la película “Dilema de Redes Sociales” (Social Dilemma) que ha sido un hit en Netflix, y se une a otro documental de la misma (“Nada es Privado”). Aquí van los hechos objetivos.
Me acaba de llegar una invitación del MIT para certificarme en Transformación Digital. Según el brief, “este Certificado Profesional en Transformación Digital prepara a los participantes para entender el nuevo paradigma digital que presenta la revolución tecnológica que estamos viviendo, así como las tecnologías clave que están detrás de esa revolución.
Este año el Informe de Desarrollo del Banco Mundial describe en detalle el impacto que las cadenas globales de valor (Global Value Chains o GVC, en inglés) han tenido en el desarrollo económico de los países, aumentando el PGB, mejorando las rentas, generando transferencias tecnológicas, promocionando PYMES locales y aumentando el capital humano.
Los profesores universitarios – y supongo que los de todo el ciclo de enseñanza – estamos inmersos en un enorme cambio de paradigma en la educación, revolucionario y fascinante.
l coronavirus ha hecho realidad muchos de los beneficios de la transformación digital, cambiando radicalmente nuestra forma de vida en apenas unas semanas. Aún no hemos hecho el cambio de paradigma, pero ya estamos viendo las ventajas. Estamos viviendo lo que describí hace 4 años en mi libro “Futuro Presente: cómo la nueva revolución digital afecta mi vida” (Amazon, 2016). Quienes hemos tomado el rol de “evangelizadores” de la nueva realidad – con poco éxito hasta ahora – nos hemos visto favorecidos en un corto espacio de tiempo por un factor externo que poco tiene que ver con el mundo digital: una pandemia mundial. La pregunta es si una vez superada volveremos a vivir como antes o definitivamente adoptaremos los nuevos paradigmas. Hay varios aspectos de nuestras vidas que podrían cambiar para siempre.
El año 2008 escribí en mi blog cómo podría ser la sociedad usando inteligentemente las tecnologías digitales. Aspectos como el teletrabajo o el cambio radical en la educación y la salud. Paradójicamente, esta pandemia es una oportunidad para hacer ese sueño realidad. Transcribo lo escrito en esa fecha, para compartir con los lectores de Estrategia .
Cada vez que salen a colación temas del siglo pasado, nuestra sociedad se polariza, y nuestras energías se van en confrontarnos. Así es imposible que nuestra sociedad progrese, y estamos llevando a nuestro país al fracaso.
El reciente anuncio de Facebook de lanzar una criptomoneda para el año 2020 va a remecer al sector financiero mundial, por las siguientes razones.
Este año desapareció la agenda digital. Los términos “digital”, “tecnología”, “tecnológico” aparecen varias veces, pero acotados a muy pocos temas concretos, en los cuales además hay pocas iniciativas y resultados a la vista.
La “Ley Uber” pasó su último trámite legislativo (aunque no el final) sin votos en contra y solo una abstención.
Es una lástima que la clase política no haya aprovechado la oportunidad para entender lo que es la economía colaborativa. Se considera a Uber una empresa de transporte privado, de igual forma que en su momento se considerará a AirBnB como una empresa hotelera o a Ali Express como un retail.