​Educación post-pandemia

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Alfredo Barriga 2 (columnista)Los profesores universitarios – y supongo que los de todo el ciclo de enseñanza – estamos inmersos en un enorme cambio de paradigma en la educación, revolucionario y fascinante.

Primer gran cambio: el profesor ya no enseña: es el alumno el que aprende. Pero aprende gracias a las “experiencias de aprendizaje” que el profesor desarrolla. Experiencias que se generan con una variada gama de herramientas de aprendizaje. Hasta ahora, las herramientas utilizadas han sido la sala de clase y los textos, y las actividades han sido la entrega y explicación de contenidos por parte del profesor y los trabajos (en equipo o individuales).

A partir de ahora, las actividades son de investigación, desarrollo crítico, foros y debates, y trabajos. También hay entrega de contenidos, pero pueden ser por parte del profesor o pueden ser curadas desde plataformas como YouTube, Vimeo, AppleU y otras. Las herramientas son esencialmente plataformas digitales existentes, como los buscadores, las aplicaciones integradas de trabajo y aplicaciones educativas Online. Todo el sistema educacional está coordinado por una plataforma de aprendizaje, el LMS (Learning Management System en inglés).

Segundo gran cambio: la mayor proporción de actividades son asincrónicas, es decir, sin el profesor, ni a determinadas horas. Los alumnos son responsables de administrar su tiempo. Tienen un conjunto de actividades que realizar, un plazo para hacerlo y un entregable que mostrar. Pierden sentido las clases de una hora u 80 minutos, sean presenciales o en Zoom. Cada una de las actividades tienen uno o varios resultados de aprendizaje, al que se llega mediante una experiencia de aprendizaje. Las actividades, por otra parte, no ocupan mucho tiempo (salvo los trabajos en equipo y las investigaciones). No se funciona con una mentalidad de “materia que pasar en clase”. No se planifica así tampoco.

Tercer gran cambio: el método de evaluación cambia. Puesto que los resultados de aprendizaje ya no son por asignatura sino por actividad, más que “pruebas solemnes” o “examen final” hay evaluación continua de resultados de aprendizaje de cada actividad. Una parte no menor de dicha evaluación es mediante herramientas de evaluación inmediata, como cuestionarios de selección múltiple. En algunos pocos casos, pueden ser evaluaciones por pares.

El profesor pasa a ser un mentor, como el Maestro Yoda. Apoya el proceso de aprendizaje del alumno. El rol del estudiante es activo. Ya no va a una clase en la que habla un profesor, y se limita a escuchar y hacer preguntas. Ahora tiene por delante desafíos de aprendizaje que superar, con el apoyo del profesor y de sus pares, pero sobre todo con su propio esfuerzo. Lo mejor de este enfoque es que – ¡ahora sí! – se le está formando profesionalmente para trabajar en el siglo 21.

Quienes hemos impulsado este cambio hacia una educación apropiada para el siglo 21 nos hemos visto frustrados una y otra vez ante el desinterés de las autoridades académicas y gubernamentales en el tema. La Pandemia ha sido el motor que ha gatillado el cambio. Y espero de corazón que el mundo académico y el Gobierno se la jueguen.


Alfredo Barriga Cifuentes

Profesor UDP

Autor “Futuro Presente: cómo la nueva revolución digital afectará mi vida”

europapress