Bernardita Espinoza



Bernardita Espinoza

Septiembre, mes de la Patria, inicios de la primavera, gran auge de nacimientos, la naturaleza se desborda, el sol ilumina nuestra patria, las banderas chilenas llenan cada mirada.

En estos días se ha elevado la polémica respecto de los dichos del ministro secretario general de la presidencia, Giorgio Jackson, respecto de la supuesta superioridad moral que los caracteriza respecto del resto, ha dicho textualmente: “Nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió, que podía estar identificada con el mismo rango del espectro político, como la centro izquierda y la izquierda, yo creo que estamos abordando los temas con menos eufemismo y con más franqueza”.

Durante la jornada del martes 19 de mayo, se desarrollaron las últimas protestas sociales, enfocadas en la falta de recursos para adquirir alimentos, que alegan los vecinos de sectores vulnerables, a causa de la imposibilidad de trabajar que implica la cuarentena total dictada en sus comunas, como medidas para mitigar la propagación del COVID-19, las cuales se llevaron a cabo en varios puntos de Santiago, con particular envergadura en la comuna del Bosque. La consigna, en dicho momento fue “tenemos hambre” y en algunos casos se volvieron especialmente violentas.

Sin responsabilidad ni la más mínima censura, estamos en tiempos de la difusión masiva, de los “opinólogos” iracundos, de la emisión de opiniones sin la responsabilidad de tener interlocutor que te cuestione, exija fuentes o explicaciones, sin la responsabilidad de tener fundamentos o fuentes fiables, sin la responsabilidad de fundar las premisas en la verdad, en forma instantánea e irrefrenable. Nunca la humanidad enfrentó tal peligro.

Mi padre, nos enseñó que es deber de los ingenieros, aportar al país llevando bienestar a los más desposeídos y postergados de la Sociedad mediante el desarrollo de Proyectos aporten a su Progreso, en especial en las zonas más deprimidas, de modo tal de generar no sólo beneficios económicos, sino que también y en forma primordial beneficios sociales. Pues un país no progresa con el enriquecimiento de unos pocos, sino con la proliferación del bienestar en su ciudadanía. Él trabajó siendo ingeniero joven en la Corfo en los años 60-70 y en dicha época nadie dudaba de la relevancia que tenía para el país y la ciudadanía la ejecución de megaproyectos industriales, mineros y energéticos.

En mi columna anterior, “El Difícil balance entre Economía y Salud que ha implicado la crisis del COVID-19” me referí esencialmente al rol que le cabe a las autoridades respecto de la toma de decisiones y medidas más sensatas para el control de los efectos adversos de la Pandemia de COBVID-19, en esta columna en cambio me referiré al rol de nosotros como ciudadanos y personas en la toma de consciencia, la autodisciplina y la conducta individual de autocuidado tendiente a minimizar las posibilidades de contagio y por ende la propagación del virus.

En estos días de incertidumbre y crisis, surgen muchas visiones contradictorias respecto de lo adecuadas, oportunas o sensatas que están siendo las decisiones y medidas que las autoridades han definido para enfrentar dicha crisis, tanto en el Chile como en el mundo.