Sr. Director,
Con la reciente Ley N° 21.769, Chile avanza en la modernización del Estado mediante la creación del Servicio de Auditoría Interna de Gobierno (SAIG), una señal política que busca fortalecer la transparencia, probidad y eficiencia pública. En un contexto de baja confianza ciudadana, esta iniciativa representa un avance para recuperar la credibilidad institucional.
El SAIG, como servicio público descentralizado, tendrá la misión de agregar valor y fortalecer los procesos de gestión de riesgos, de control interno y de gobernanza de los órganos de la Administración del Estado.
Dicha labor se hará a través de actividades de aseguramiento y asesoramiento en materia de auditoría interna que contemplen, entre otras acciones, el análisis de la gestión respecto de la economía, el cumplimiento de las normas y procedimientos, y la protección de los recursos públicos y de la probidad.
Su estructura y autonomía, al contar con personalidad jurídica y patrimonio propio, le otorgan independencia para actuar con objetividad y sin subordinación política directa. La creación del SAIG responde al diagnóstico compartido de que la gestión pública requiere controles más modernos y una cultura preventiva en materia de riesgos, complementando el rol de la Contraloría General de la República, más orientado a revisar acciones ejecutadas.
El SAIG incorporará un enfoque de auditoría moderna con acento en la mejora continua y funciones de capacitación, además de impulsar una Red de Auditoría Interna para estandarizar criterios técnicos y buenas prácticas.
Su éxito dependerá de su independencia real frente al poder político, de la calidad y formación de su personal, y de que el Estado asuma la auditoría interna como un instrumento estratégico para la toma de decisiones y no un mero trámite burocrático.
Giovanna Gardella,
Managing director de Compliance Global Consulting y ETICPRO