Luis Castillo y Jorge Toro, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Chile

Obesidad, diabetes y el gasto de bolsillo

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Sr. Director:


Los últimos datos entregados por la OCDE para Chile dibujan un escenario incómodo, pero ineludible. Mientras seguimos mirando el debate sanitario desde la superficie del financiamiento, reformas, modelos de seguros, gobernanza, por debajo avanza una epidemia silenciosa que amenaza con sobrepasar nuestra capacidad de respuesta: la combinación explosiva de obesidad, diabetes y un sistema de salud que no logra generar confianza en la ciudadanía.


Actualmente, Chile es el segundo país de la OCDE con mayor obesidad adulta (34,4 %) y el 74,2 % de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Estas cifras reflejan entornos poco saludables, desigualdad social y educativa, acceso limitado a estilos de vida activos y políticas públicas que no han logrado un impacto significativo, pese al aumento del presupuesto en los últimos 15 años.


El organismo internacional lo dijo sin rodeos: Chile está frente a una amenaza sanitaria grave.


La prevalencia estimada de diabetes en nuestro país ronda el 12,2 %, equivalente a casi 1,9 millones de adultos entre 20 y 79 años. Otras estimaciones, situadas en estudios clínicos locales, elevan el número a cerca del 14 %. En personas entre 40 y 59 años, la prevalencia es del 12 %, muy por encima del promedio OCDE de 8,9 %.


La diabetes tipo 2 no es sólo una enfermedad crónica: genera ceguera, insuficiencia renal, amputaciones, accidentes cardiovasculares y muertes evitables. También genera costos millonarios y una presión que el sistema de salud chileno, con sus limitaciones actuales, difícilmente podrá absorber. Un país que ya tiene más de 2,8 millones de personas en lista de espera y más de 320.000 esperando una cirugía no puede sostener el aumento de complicaciones asociadas a la obesidad y la diabetes sin hacer cambios profundos.


Quizás lo más preocupante de todos los datos recientes es la voz de los propios usuarios. Chile alcanza apenas un 39 % de satisfacción con la disponibilidad de atención en salud, frente a un promedio OCDE cercano al 68 %. Somos un país donde la ciudadanía percibe que la salud no está funcionando.


Cuando se combinan altos niveles de obesidad, crecimiento sostenido de diabetes, aumento de enfermedades cardiovasculares, aumento de gasto de bolsillo, presión asistencial ya desbordada, inequidades persistentes y baja satisfacción de la ciudadanía, el resultado es evidente: un sistema que corre detrás del daño, no delante de él.


Chile está en una encrucijada. Tenemos datos, evidencia, diagnósticos y capacidades. Lo que falta es decisión política sostenida, transversal y que mire más allá del ciclo electoral. La obesidad y la diabetes no son un tema médico; son un tema país.



Luis Castillo y Jorge Toro

Facultad de Ciencias de la Salud

Universidad Autónoma de Chile


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