En la actualidad, la inclusión ha dejado de considerarse como una donación o acto de caridad dentro del entorno empresarial. Este cambio de enfoque ha permitido que se consolide como una pieza estratégica del negocio, equiparándose a otras áreas que generan un impacto significativo en la organización. Para lograr resultados efectivos, la inclusión demanda una planificación rigurosa y estructurada, similar a cualquier otra área estratégica.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la medición de la inclusión es fundamental para avanzar en esta materia, aunque actualmente solo un tercio de las empresas realiza este seguimiento. Aquellas empresas que registran datos sobre sus acciones de diversidad e inclusión pueden ajustar continuamente sus estrategias, tomando decisiones más inteligentes basadas en información concreta.
Gestionar cualquier área dentro de una organización, además, requiere de ciertos elementos fundamentales, y esto también aplica para las áreas de inclusión y diversidad. Entre estos elementos se encuentran, equipo especializado, profesionales dedicados al diseño e implementación de iniciativas. Estrategia definida, la inclusión debe estar alineada con los objetivos generales de la organización, formando parte de su visión y misión. Presupuesto asignado, es indispensable destinar recursos financieros específicos para que las acciones sean efectivas.
Establecer indicadores claves de desempeño (KPI). Estos indicadores permiten medir el verdadero impacto de las iniciativas de inclusión, facilitando así la toma de decisiones informadas y el ajuste constante de las acciones implementadas. Diagnosticar sistemáticamente “Lo que no se conoce, no se controla ni se mejora”. Por ejemplo, el diseño de planes de bienestar para colaboradores pertenecientes a comunidades diversas resulta esencial para el desarrollo de cualquier compañía.
Para entender si la inclusión genera retornos positivos para la organización, existen diversos estudios que han demostrado que las empresas con un propósito claro y reconocido por su entorno logran crecer más rápido que su competencia. De acuerdo con el artículo “5 steps that move corporate purpose from words to action” de Harvard Business Review, los ejecutivos reconocen que definir y vivir el propósito dentro de la organización mejora los resultados económicos y contribuye al crecimiento sostenible. Específicamente, las empresas orientadas por un propósito crecen tres veces más rápido que aquellas sin un propósito definido.
No obstante, el mayor reto radica en la implementación. Según el informe anual Brandpie CEO Purpose, mil directores ejecutivos encuestados afirman que, aunque comprenden el poder del propósito, enfrentan dificultades para llevarlo a la práctica.
La inclusión deja de ser un concepto aspiracional y se transforma en un valor de negocio, cuando se gestiona con la misma rigurosidad que cualquier otra área estratégica. Requiere liderazgo, medición y coherencia. Pero, sobre todo, requiere convicción, entender que una cultura diversa no solo impulsa resultados sostenibles, sino que fortalece el propósito y la reputación de la organización. Porque las empresas más competitivas del futuro serán, sin duda, las más inclusivas del presente.
María Paz Wagner B
Coordinadora Nacional de Vinculación y Proyectos de Inclusión Laboral
Fundación Down Up