Estos misiles de crucero subsónicos ampliarían el rango de alcance de las tropas de Kiev y podrían golpear en profundidad en territorio ruso
MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las declaraciones desde Estados Unidos sobre un posible envío a Ucrania de misiles Tomahawk, que permitirían a Kiev contar con armamento de largo alcance para llevar a cabo ataques en profundidad contra Rusia en medio de la guerra desatada en 2022, han provocado un nuevo repunte de la retórica y las advertencias desde Moscú, que han recalcado que estas entregas supondrían una violación de una de sus 'líneas rojas', en medio del estancamiento de la vía política para un fin del conflicto.
El presidente estadounidense, Donald Trump, indicó el lunes que "casi había tomado una decisión, en gran medida", sobre la posibilidad de suministrar este armamento a Ucrania o lo venderlo a la OTAN para que sea la Alianza la que lo transfiera posteriormente a Kiev, si bien por ahora no hay una decisión definitiva sobre este paso, en un momento en el que el mandatario intenta mediar un proceso de paz entre Ucrania y Rusia.
"Creo que quiero determinar qué van a hacer con ellos, dónde los envían, supongo. Tengo que hacer esa pregunta", dijo. "No quiero ver un recrudecimiento (de la guerra)", manifestó desde el Despacho Oval, después de que Ucrania reclamara la entrega de este arma para incrementar sus capacidades militares a la hora de responder a la invasión desatada el 24 de febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.
La petición de Kiev fue formulada en un momento en el que Trump ha mostrado su creciente frustración con Putin por la falta de avances en sus esfuerzos para sacar adelante una reunión entre el mandatario ruso y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, y los constantes ataques rusos contra territorio ucraniano, que han dejado decenas de miles de víctimas.
Así, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, ya confirmó el domingo que Washington está sopesando la petición de Kiev y destacó que la decisión "final" estaba en manos de Trump, mientras que el enviado estadounidense para Ucrania, Keith Kellogg, recordó el 28 de septiembre que Washington ha autorizado a Ucrania a lanzar ataques en profundidad en Rusia, dado que "no hay nada similar a santuarios".
La petición de Zelenski --quien ha defendido que las entregas de armamento de precisión a Kiev podría llevar a Putin a la mesa de negociaciones-- habría sido formulada durante una reunión con Trump en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, celebrada a finales de septiembre, en el marco de la cual el propio presidente ucraniano lanzó una amenaza velada contra los altos cargos rusos en Moscú.
En este sentido, destacó en una entrevista concedida el 25 de septiembre al portal estadounidense de noticias Axios que, en caso de que no haya un acuerdo para el fin de una guerra, la cúpula del Kremlin "tiene que saber dónde están los refugios (antiaéreos)". "Tienen que saber dónde están los refugios. Si no detienen la guerra, los necesitarán", zanjó.
REACCIONES DESDE RUSIA
La posibilidad de que Estados Unidos entregue los Tomahawk a las Fuerzas Armadas ucranianas ha provocado una respuesta más dura desde Moscú, con el propio Putin alertando el domingo que esto conduciría a la "destrucción" de las relaciones con Estados Unidos, en un momento en el que ambos países están embarcados en un proceso de normalización de sus lazos.
En esta línea, el mandatario ruso había destacado el 2 de octubre durante una sesión plenaria del Club Internacional de Discusión Valdai que es imposible que estos misiles sean usados sin una implicación directa de tropas estadounidenses, algo que "implicaría una fase de la escalada totalmente nueva y cualitativamente diferente, también entre Rusia y Estados Unidos".
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró por su parte que la entrega de estos misiles sería una decisión "sorprendente", mientras que el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, esgrimió que este paso "implicaría una grave espiral de escalada", si bien matizó que "no podría cambiar la situación del régimen de Kiev en el campo de batalla".
"Es importante tener en cuenta en este contexto, dejando de lado diversos matices, que estos misiles pueden estar equipados con ojivas nucleares", alertó durante su rueda de prensa del martes, si bien insistió en que Moscú está a la espera de "declaraciones claras" desde Washington, "en caso de que tengan lugar", según recogió la agencia rusa de noticias TASS.
Por su parte, el expresidente ruso Dimitri Medvedev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, ironizó con las palabras de Trump sobre que debería saber primero "qué va a hacer" Ucrania con estos misiles. "Está claro qué harán. Atacar París, Berlín y Varsovia", dijo, antes de bromear que "Trump está decidido a seguir el camino (del expresidente estadounidense, Joe) Biden hacia el Nobel de la Paz".
LAS CARACTERÍSTICAS de los TOMAHAWK
Estas armas, llamadas BGM-109 Tomahawk y fabricadas por la empresa estadounidense Raytheon, son misiles de crucero lanzados desde buques, submarinos y lanzaderas terrestres, con capacidad para golpear objetivos situados a una distancia de hasta 2.500 kilómetros, un rango muy superior al de las armas entregadas hasta ahora a Ucrania por parte de sus socios occidentales.
Kiev usa hasta la fecha misiles como los británicos Storm Shadow, que tienen un rango de unos 250 kilómetros, y los estadounidenses ATACMS, con un alcance de cerca de 300 kilómetros, una distancia unas diez veces menor que la de los Tomahawk, que son además misiles que portan cabezas altamente explosivas y que van a velocidad subsónica, haciendo su detección por radar más difícil al volar además a baja altitud.
El Departamento de Defensa estadounidense recoge además en un documento sobre las características de este misil que el Tomahawk puede portar "cargas nucleares o convencionales", mientras que su modalidad terrestre incluye variantes con una cabeza explosiva de mil libras (unos 453 kilogramos) y más de 150 submuniciones.
Raytheon explica en su página web que la versión más reciente de este misil, llamada Block IV Tactical Tomahawk (TACTOM), cuenta además con la capacidad de "cambiar objetivos estando ya en vuelo". "Puede permanecer inmóvil durante horas y cambiar de rumbo instantáneamente cuando se le ordena", destaca, algo que resalta igualmente el Departamento de Defensa, que apunta que puede llevar a cabo "maniobras evasivas" tras su lanzamiento.
La entrega de estos misiles permitiría a Ucrania alcanzar más de 1.500 "objetivos militares" en Rusia, según el 'think tank' estadounidense Institute for the Study of War (ISW), que destaca en un reciente informe que esta cifra sería de 1.655 --incluidas 67 ases aéreas-- en el caso de los Tomahawk con alcance de 1.600 kilómetros, y de 1.945 --incluidas 76 bases aéreas-- en el caso de la variante con un rango de 2.500 kilómetros.
Estos objetivos incluyen "bases permanentes, sedes de unidades, almacenes, arsenales, depósitos de combustible, instalaciones de radio, centros de mando, centros de defensa aérea, bases aéreas, bases de reparación, fábricas de armas, centros de entrenamiento y objetos similares", entre ellos la importante base aérea de Engels y una destacada fábrica de drones kamikaze en Tartaristán.
Por ello, Ucrania cuenta con que la entrega de este tipo de armamento pudiera suponer un giro en el reparto de fuerzas en la guerra que pudiera incluso forzar la mano a Moscú en un proceso de conversaciones de paz tras más de tres años y medio de invasión, en la que Rusia ha ocupado parcialmente varias provincias que aspira a anexionar junto a la península de Crimea a través de la mesa de negociaciones, llegado el momento.