Pablo Müller Académico Universidad Autónoma de Chile

​Consumo de alcohol y tabaco

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Señor director:

En Chile, las políticas de salud pública han buscado reducir el consumo de sustancias legales de alto impacto como el tabaco y el alcohol. Ambas han combinado campañas masivas, regulación estricta y mayor fiscalización, pero los resultados en cambio cultural han sido distintos. Mientras que la reducción del tabaquismo ha sido sostenida y visible, el alcohol enfrenta resistencias culturales arraigadas, especialmente en celebraciones y contextos sociales.


El caso del tabaco evidencia un cambio cultural profundo: la prevalencia de fumadores adultos bajó de cerca de 40 % en 2003 a 25 % en 2020, y fumar hoy está socialmente sancionado en espacios públicos. El alcohol, en cambio, muestra avances parciales: el consumo mensual descendió a 39,2 % en 2023, el nivel más bajo en tres décadas, pero el consumo riesgoso casi se duplicó en 2025, alcanzando 10,1 % de la población. Además, durante Fiestas Patrias, el consumo aumenta notablemente, concentrando exceso de bebida y riesgo vial, donde 3 de cada 10 conductores reconocen manejar ebrios, demostrando que los hábitos culturales aún favorecen el exceso.


La comparación evidencia que la política antitabaco logró un cambio estructural en hábitos y percepciones, mientras que la del alcohol necesita reforzarse. Es urgente avanzar hacia un enfoque integral que no solo sancione o controle, sino que fomente moderación, conciencia social y cambio cultural, para que beber en exceso deje de ser normalizado en celebraciones y se consolide una cultura de consumo responsable y seguro en toda la población.


Pablo Müller

Académico Universidad Autónoma de Chile

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