Impuestos para el crecimiento en los programas de candidatos presidenciales

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Creo que no estar equivocado al afirmar que colocar al “crecimiento” del país en las prioridades del discurso político emergió con fuerza tras el resultado del plebiscito sobre el primer proyecto de constitución en 2022. Esta centralidad del crecimiento se refleja también de manera contundente en los programas de los candidatos presidenciales.


En este contexto, la semana pasada se publicó un análisis comparativo de las cinco candidaturas más competitivas, solicitándoles identificar las tres principales medidas que impulsarían el crecimiento económico. Las respuestas exhibieron coincidencias significativas, incluyendo seguridad jurídica, ahorro fiscal, atracción de inversión extranjera, eliminación de la burocracia y promoción de la inversión productiva. Algunos candidatos se limitaron a señalar la inversión como motor de crecimiento, mientras otros la vinculaban explícitamente a una reducción de la carga tributaria.


Con distinta intensidad, tres de los consultados señalaron expresamente que impulsarían una rebaja en la carga tributaria del Impuesto a la Renta de las empresas, proponiendo reducciones hasta un 23%, 10% para las pymes e incluso la aplicación de una tasa del 0% para utilidades reinvertidas, mecanismo no inédito, ya que se aplicó en nuestro país a través de la reforma que estableció la Ley Nº 18.775, publicada el 14 de enero de 1989.


Ante estas propuestas surge la pregunta ¿Es efectivo que una rebaja impositiva impulsa el crecimiento económico?


Durante el evento ChileDay 2025 en Madrid, los empresarios abordaron esta cuestión de manera explícita. El CEO de Arauco, Cristián Infante, señaló: “No queremos atajos ni eludir normas; buscamos reglas estables, tasas razonables, leyes claras y eficientes”. Subrayó que el Estado, al retirar anualmente el 27% de las utilidades sin asumir riesgos, actúa como socio pasivo, y solicitó que no se incrementara la carga tributaria. Por su parte, la presidenta de SOFOFA, Rosario Navarro, indicó que “un crecimiento adicional de un punto porcentual del PIB genera aproximadamente US$ 800 millones en recaudación, superando los efectos de cualquier reforma tributaria”. En síntesis, los empresarios reclaman mayor competitividad tributaria, eficiencia en la regulación de permisos y flexibilidad laboral.


El mensaje es claro: es posible lograr el crecimiento con mayor inversión de los empresarios, lo cual se logra, no necesariamente con una rebaja impositiva, sino con reglas claras.


De esta forma ¿ayuda a este estímulo que rebajen la carga tributaria de las empresas?


La respuesta puede ser peligrosa porque, sino se logra el objetivo esperado, es decir, que la economía no crezca, el Estado queda sin recursos porque su recaudación se verá menguada. Por lo tanto, la apuesta es riesgosa.


Para disminuir la ambigüedad en este aspecto, podemos recurrir a la evidencia empírica.


Hay contundentes antecedentes para afirmar que el crecimiento se ve afectado con aumentos en la carga tributaria cuando ésta es significativa. Esto es posible apreciarlo en nuestra historia en los últimos 40 años


Afines de los años ochenta, la tasa de impuestos que afecta a las empresas era de un 10%. En 1991 subió a 15% y, posteriormente, entre 2003 y 2010, experimentamos incrementos de 16%, 16,5%, 17%, 18%, 19% y llegar a 20%. Durante los años noventa el incremento de 10% a 15% no afectó el crecimiento; de hecho, ese periodo se caracterizó por altos índices de expansión. Sin embargo, los incrementos sucesivos desde el 20% hasta el 27% comenzaron a generar efectos perceptibles sobre la utilidad neta después de impuestos, provocando resistencia empresarial y limitando la recaudación esperada de las reformas tributarias implementadas desde 2009.


De esta forma, el rebajar la carga de 27% a 23% podría ser un atractivo y generar un impulso, aunque aún podríamos estar en una carga impositiva no competitiva con relación a otros países. La experiencia de Irlanda, que implementó una política de reducción de impuestos corporativo y experimentó superávits fiscales significativos, constituye un ejemplo ilustrativo. Asimismo, los países de Europa del Este que adoptaron reformas económicas liberales tras la caída del Muro de Berlín registraron tasas de crecimiento notablemente superiores durante los años iniciales de transición.


Por todo lo anterior, resulta muy acertada la idea de considerar una rebaja de impuestos para lograr un impacto importante que redunde en un incremento en la producción del país, sin dejar de lado, obviamente, la seguridad, alivianar la permisiología y ahorro fiscal.


Prof. Germán R. Pinto Perry

Director de Programas de Especialización Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago

europapress