Aranceles de EE.UU. profundizan la inestabilidad del transporte marítimo global

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Las políticas arancelarias impulsadas por la administración estadounidense han intensificado la inestabilidad en el transporte marítimo global, un sector que ya enfrentaba desequilibrios estructurales. Los gravámenes, sumados a exenciones temporales y prórrogas en los plazos de aplicación, han alterado el flujo del comercio internacional y generado efectos en cadena sobre la logística portuaria, la economía y las tarifas de fletes.


“Todos estos cambios generan congestión en los puertos, con buques que llegan fuera de tiempo y carga que espera más de lo habitual para ser movilizada”, explicó Francisco Labarca, director ejecutivo de South Port Shipping a Fresh Fruit Portal, quien subraya que la logística global “se convierte en un caos” cuando los actores deben ajustar flotas, reubicar recursos y modificar itinerarios bajo condiciones impredecibles.


El impacto económico comienza a hacerse sentir en Estado Unidos. De acuerdo con Darron Wadey, consultor de Dynamar, ya se registran aumentos en la inflación: un 0,2% desde junio y un 2,9% interanual a julio de 2024. Si bien estas cifras no parecen alarmantes en sí mismas, lo que preocupa es la velocidad del incremento. “La situación se calmará con el tiempo. Tiene que calmarse”, afirmó Wadey, aunque advirtió que las decisiones de consumo en el mercado estadounidense definirán el rumbo. Igualmente aclara que la relocalización de capacidad productiva- objetivo de la política arancelaria estadounidense- “no sucede de la noche a la mañana”.


Exceso de capacidad impacta las tarifas


En paralelo, la industria marítima se enfrenta a un problema de fondo: el exceso de capacidad. LA flota crece a un promedio del 7% anual y, si bien eventos como la congestión en el Canal de Panamá, la inestabilidad en Suez y los desvíos de flota han contenido temporalmente el desbalance, la amenaza de una caída mayor de las tarifas persiste. “La política comercial de Estados Unidos podría ser el punto de inflexión que impulse a la industria a una corrección”, advirtió Wadey. El razonamiento es simple: más aranceles implican menos comercio.


El comportamiento de las tarifas refleja esta tensión. Según datos de Freightos, los fletes de contenedores en la ruta Transpacífico registraron un repunte a mediados de año por el adelantamiento de carga ante la entrada en vigor de nuevos aranceles. Sin embargo, el impulso fue breve y hoy retroceden a niveles previos a la crisis del Mar Rojo. Es así como hacia la Costa Oeste, las tarifas cayeron un 8% la semana pasada, llegando a menos de US$2.000/FEU, y en lo que va de esta semana se sitúan en torno a US$1.700/FEU, su nivel más bajo desde fines de 2023. En la Costa Este, descendieron a US$2.700/FEU, acercándose a los valores anteriores a los ataques hutíes en el Mar Rojo.


La incertidumbre en torno a la temporada alta también divide opiniones. Una encuesta de Freightos a más de 80 profesionales de la cadena de suministro reveló que la mitad espera un nuevo repunte de tarifas tras la extensión del arancel base de 30% por parte de la Casa Blanca a China, mientras la otra mitad cree que el peak ya quedó atrás. Hasta ahora, la tendencia descendente de los fletes parece avalar esta última visión.


Navegar en la incertidumbre


En este escenario, los importadores enfrentan el desafío de navegar en un entorno arancelario y logístico incierto. Maersk recomendó a sus clientes reforzar los mecanismos de cumplimiento normativo y revisar sus estrategias operativas. Entre las medidas sugeridas destacan: auditar la clasificación, valoración y origen de los bienes, evaluar la exposición arancelaria en el e-commerce y paquetería, y mantener registros sólidos para evitar infracciones.


En suma, la combinación de políticas arancelarias agresivas, exceso de capacidad y tarifas inestables dibuja un panorama complejo para el transporte marítimo. Con la demanda global en reajuste y la oferta en expansión, el sector parece abocado a un nuevo ciclo de corrección. En palabras de Labarca, el desafío será “ordenar un caos que afecta no solo a navieras y puertos, sino a toda la cadena de suministro global”.

Por MundoMaritimo


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