Bárbara Pantoja, CEO

Malas implementaciones de IA en las empresas: Aprender también es avanzar

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Barbara Pantoja

Sr. Director:


Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), es común caer en un relato triunfalista: automatización, eficiencia, crecimiento, innovación. Pero en este proceso de transformación tecnológica, no todo funciona a la perfección. Y está bien que así sea.


Liderando proyectos de adopción de IA, me ha tocado ver implementaciones que no alcanzan los resultados esperados. Lejos de considerarlas fracasos, prefiero verlas como ensayos valientes. Porque eso son: intentos que, aunque imperfectos, nos permiten aprender, ajustar y avanzar con mayor claridad.


Generalmente, lo que falla no es la tecnología, sino la forma en que la abordamos.


Muchas empresas se lanzan a incorporar IA por presión del mercado o por miedo a “quedarse atrás”. Implementan soluciones sin tener claro el problema que buscan resolver, sin revisar la calidad de sus datos, sin preparar a sus equipos ni transformar su cultura organizacional. ¿El resultado? Proyectos que no escalan, herramientas que nadie usa, modelos sin impacto real. Pero incluso en esos casos, hay algo valioso: aprendizaje.


¿Qué nos enseñan estas experiencias?


Primero, que la IA no es una varita mágica. Sin cimientos sólidos —datos confiables, objetivos bien definidos y liderazgo comprometido— ningún algoritmo va a resolver nuestros desafíos.


Segundo, que la resistencia al cambio es real. Implementar IA implica transformar la forma en que trabajamos y tomamos decisiones, lo cual genera incomodidad. Requiere conversaciones honestas, formación continua y un entorno de confianza. No basta con adquirir tecnología; hay que construir una visión compartida.


Tercero, que equivocarse no solo es inevitable, sino necesario. Muchas organizaciones que hoy lideran procesos de transformación digital comenzaron con tropiezos. Y muchas veces, esos primeros intentos fallidos fueron el verdadero punto de partida. Porque después de errar, llegan las mejores preguntas, mayor claridad y una disposición más madura para hacer las cosas bien.


¿Cuál es, entonces, el verdadero fracaso?


Desde mi perspectiva, fracasar es no intentarlo. O peor aún: quedarse atrapados en el error sin aprender nada. Cada implementación fallida puede ser una brújula. Si sabemos leerla, puede orientarnos hacia una estrategia más sólida y efectiva.


Hoy más que nunca necesitamos organizaciones que se atrevan a explorar, que aprendan rápido y comprendan que adoptar IA es un viaje, no un destino. En ese viaje, los tropiezos no son un obstáculo: son parte del camino.


La inteligencia artificial que realmente transforma no es solo técnicamente potente; también es humana, ética y útil. Y esa transformación comienza cuando dejamos de temerle al error y empezamos a valorarlo como lo que es: una poderosa herramienta para avanzar.



Por Bárbara Pantoja, CEO


europapress