​Chilenas ocupan el tercer lugar en estudio de inclusión financiera, consolidando su liderazgo en la región

Como parte de su estrategia de sostenibilidad, el Grupo Credicorp, al que pertenece Credicorp Capital y Tenpo, presentó la tercera edición de su estudio sobre brechas de género en la inclusión financiera. Este informe revela que Chile (31%) se posiciona como el tercer país con mayor proporción de mujeres incluidas financieramente, siguiendo a Argentina (38%) y Panamá (33%). En el caso de Chile, pese a ocupar el tercer lugar en el ranking regional de mujeres con un nivel alcanzado/óptimo, se observa un retroceso a nivel país.

La inclusión financiera es evaluada por Credicorp a través de indicadores de acceso, uso y calidad percibida del sistema financiero. La investigación, adicionalmente, considera un análisis interseccional para identificar las diferencias que se registran entre las mujeres según variables demográficas, como edad, ocupación y nivel socioeconómico, entre otros.

De acuerdo con el estudio, se evidencia que, en un año, el porcentaje de chilenas en la categoría alcanzado pasó de 36 a 31%, mientras que los hombres subieron de 40 a 45%, lo que se traduce en un incremento de 10 puntos porcentuales en la brecha de género. Cabe destacar que las personas clasificadas en el nivel alcanzado son aquellas que utilizan regular y eficientemente diversos productos y servicios financieros. Los conocen bien y los consideran como útiles para su vida cotidiana.

Sobre la tenencia de productos de crédito, el estudio muestra que la brecha entre hombres (0,59) y mujeres (0,41) es estadísticamente significativa, en un contexto en que los niveles totales de uso de tarjetas en Chile son sustancialmente más altos que en el resto de los países evaluados. Por su parte, las barreras que tienen las chilenas (0,80) para acceder a este producto son significativamente superiores a las de sus pares (0,65). Las principales barreras desde 2021 incluyen insuficiencia de ingresos, percepción de que no se necesitan y falta de interés por obtenerlos.

“Es necesario impulsar la educación financiera como un mecanismo que acompañe a las mujeres en el camino a su inserción al sistema financiero, lo que necesariamente les dará mayores oportunidades de empoderamiento social y económico. A medida que las organizaciones impulsemos su inclusión financiera, tendremos un “efecto multiplicador”, lo cual consiste en integrar más servicios e iniciativas buscando el aumento de su participación en el sistema y, a su vez, en la economía del país”, destacó la líder del Programa de Equidad de Género de Credicorp, Mariana Gómez.

Datos adicionales de los hallazgos en Chile:

1. En lo que respecta a la seguridad al hacer transacciones, la disparidad es notable en Chile, donde mientras que el 37% de los hombres manifiesta sentirse seguros al realizar transacciones, solo el 28% de las mujeres comparte esa sensación. Las mujeres que reciben ingresos a cuentas en su nombre sienten una mayor seguridad que aquellas que los reciben en efectivo, mediante cuentas de terceros, o que no tienen ingresos.

2. A pesar del protagonismo que han ganado las soluciones digitales, las chilenas muestran una baja adopción de estas herramientas financieras. En 2022, el 12% de las chilenas contaba con una billetera móvil y ahora el 14%, cifra por debajo del promedio regional (30%).

La región

Según el IIF, el 21% de las mujeres en la región se encuentra en el nivel alcanzado de inclusión financiera, una mejora comparada con el 10% que se registró en el 2021 (coincidentemente, los hombres se encontraban en este nivel hace 2 años). Se ha observado una mejora en la inclusión financiera de las mujeres desde el inicio del estudio, no obstante, la brecha con el género masculino se mantiene en 5 puntos porcentuales, igual que el año pasado.

En solo dos años, ha habido una disminución significativa en la población femenina que está en nivel bajo de inclusión financiera (pasó de 56% a 38%), lo que evidencia un progreso importante. A pesar de esto, el reporte deja ver que las mujeres de alto NSE, del área urbana y mayormente jóvenes se encuentran en un mejor nivel de inclusión financiera frente a aquellas que son de NSE bajo, del área rural y mayores de 60 años. Esta figura se repite en todos los países medidos dentro del IIF.