​El Arte Estratégico de Zurcir lo Esencial

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Gonzalo Jimenez


No está de moda la acción de zurcir y, tal vez muchos de las nuevas generaciones hasta desconozcan su significado. Pero, hasta hace muy poco fue una habilidad esencial para remendar los agujeros de algunas prendas de vestir; los mismos que algunos lucen con desafiante orgullo hoy. Muchas abuelas eran expertas, con su arte minucioso hacían invisible los zarpazos de cualquier puma.

Se requería habilidad y paciencia. Como aprendices, propongo usar los recuerdos de sus lecciones para zurcir las heridas y grietas que están en todas las organizaciones, familias empresarias y en la sociedad, particularmente, en período de elecciones.

Lo más importante es la decisión de querer reparar algo, con esa intención es que comienza el proceso (hay algo esencial que cuidar). Este punto de partida nos ubica en un rol activo y de apertura para buscar soluciones, no esperando que los otros cambien, ni menos desechando “la ropa con orificios”.

Se recomienda que los agujeros se zurzan lo más pronto que los encuentres, con el tiempo se pueden agrandar. Por lo tanto, desde una lógica efectual tomamos lo que tenemos a mano e, independiente de otros objetivos que nos habíamos trazado, concentramos nuestro quehacer en ese desafío inminente.

Enhebrar la aguja puede ser casi un acto psicomágico que te obliga a salir de la dispersión del multitasking y nos obliga a focalizarnos en ese espacio de encuentro entre el hilo y el orificio de la aguja. Si no lo logro ¿qué recursos tengo disponibles que me puedan ayudar?

La selección del hilo y el tipo de aguja también marcan diferencias. Cantidad del hilo y grosor de la aguja pueden ser determinantes para seguir avanzando. El tamaño de la aguja que uses dependerá de la prenda y el tipo de hilo. Se requiere una aguja con un orificio lo suficientemente grande para que pases el hilo, pero el hilo y la aguja deben estar acorde con el tipo de tela que intervendrás. Interesantemente, el manejo de dichas interfaces interna y externa son los principios del diseño y de la propia inteligencia (o ciencia de lo) artificial, según uno de sus padres fundadores, el Nobel en Economía Herbert Simon.

El cómo es igualmente importante que el qué. Por eso, crear las instancias y las formas apropiadas marca la diferencia en los procesos y en los resultados ¿Cómo te gustaría a ti que te trataran en una situación de quiebre, distancia y/o tensión?

Zurcir es como conversar, por lo tanto, vamos cambiando junto al otro. Sujetamos el agujero de la aguja para evitar que el hilo se suelte mientras coses, atención no solo a lo que dices sino a cómo el otro recibe y a sus reacciones. Tu escucha atenta y amorosa es vital para el proceso de zurcir.

Para comenzar a zurcir, algunos recomiendan voltear la prenda de adentro hacia afuera o hacia el lado opuesto que el visible, para que la costura no se vea. Desde los vínculos humanos, zurcir requiere bajarnos de los escenarios y encontrar dinámicas que faciliten el encuentro alejándonos de las altas empalizadas e inalcanzables roles con que nos protegemos en nuestros “castillos mentales”.

Hay quienes usan elementos de apoyo para zurcir, objetos curvos o bastidores. En el plano organizacional, buenos puentes entre mente y corazón, más conversaciones con personas expertas que nos sirvan de guía pueden ser de ayuda.

Nunca se cose en los bordes del agujero. Para que este se cubra bien debemos taparlo y lograr que el zurcido se mezcle con el resto de la tela. Un traje reparado no solo ayuda a cuidar al medio ambiente, también nos hace lucir con alegría el hecho que hemos reparado una herida. Advertencia: nunca tire excesivamente del hilo, provoca arrugas. ¡Voilà! Si hasta los hackers, influenciadores y trendsetters, tienen claro que el agujero más fashion, requiere del noble arte del zurcido ¿qué no podremos ganar nosotros, con un humilde y sentido zurcido estratégico?


Gonzalo Jiménez Seminario

CEO Proteus Management, Governance & Effectuation

Profesor de ingeniería UC

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