La Comisión Europea ha mejorado en cuatro décimas su previsión de crecimiento para la eurozona en 2025, que devuelve al 1,3% de su estimación de hace un año, pero que recortó al 0,9% el pasado mes de mayo, mientras que enfría ligeramente su pronóstico de expansión para los Veintiuno de cada a 2026, con un crecimiento del 1,2%, por debajo de la previsión del 1,4% de la última primavera.
En el caso del conjunto de la Unión Europea, el pronóstico del Ejecutivo comunitario también mejora de cara a 2025, subiendo al 1,4% desde el 1,1%, aunque rebaja una décima su previsión de crecimiento para 2026, hasta el 1,4%.
En este sentido, Bruselas atribuye la sustancial mejora de las previsiones para el año en curso "principalmente al adelanto de los envíos a Estados Unidos" en anticipación a los aranceles, lo que impulsó el crecimiento del PIB por encima de lo esperado en los tres primeros trimestres.
A más largo plazo, las últimas proyecciones de la Comisión Europea contemplan un crecimiento del PIB de la zona euro y de la UE del 1,4% y del 1,5%, respectivamente.
"La economía de la UE ha superado las expectativas en los primeros nueve meses de este año", ha afirmado en rueda de prensa Valdis Dombrovskis, comisario Europeo de Economía y Productividad, añadiendo que, de cara al futuro, "prevemos que el crecimiento continúe a un ritmo moderado, a pesar del complejo entorno externo".
En su análisis, la Comisión destaca que los acuerdos comerciales de Estados Unidos con la UE y otros socios comerciales han contribuido a reducir la incertidumbre, pero avisa de que esta "no se ha eliminado por completo" y el panorama del comercio mundial sigue siendo "excepcionalmente frágil e inestable", destacando que, además de que los aranceles aún están sujetos a cambios, las relaciones comerciales con China siguen siendo inciertas.
De este modo, subraya que las perspectivas de crecimiento siguen estando sujetas a una alta incertidumbre, con predominio de riesgos a la baja que, en el ámbito internacional, incluye cambios en la política comercial, una posible reevaluación de los precios en los mercados de valores, particularmente una revisión de las perspectivas del sector tecnológico estadounidense, los desafíos a la independencia de la Reserva Federal de Estados Unidos y las preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal de EEUU a medio y largo plazo.
Asimismo, a nivel doméstico, los riesgos internos también parecen inclinarse a la baja, impulsados principalmente por las incertidumbres fiscales, ya que, ante la finalización del Plan de Recuperación y Resiliencia en agosto de 2026, los Estados miembros se enfrentan a dificultades para implementar rápidamente sus planes y para aumentar el uso de los fondos de cohesión disponibles en 2027, mientras que la persistente incertidumbre política en Francia podría lastrar el consumo y la inversión debido a la disminución de la confianza.
"Este pronóstico está plagado de una gran incertidumbre, y el camino por delante está lleno de posibles obstáculos. Si algo es seguro, es que la incertidumbre seguirá siendo una característica definitoria de los próximos años", ha advertido el comisario letón, subrayando que, ante el complejo entorno externo, Europa debe buscar impulsores internos para fomentar el crecimiento y "confiar en sus propias fortalezas y desarrollarlas", lo que significa redoblar los esfuerzos para mejorar nuestra competitividad y liberar todo el potencial de crecimiento de Europa. "El mensaje es claro: debemos actuar, y debemos actuar ahora", ha afirmado.
INFLACIÓN, DÉFICIT Y PARO
Por otro lado, los nuevos pronósticos de la Comisión Europea apuntan a que la tasa de inflación del bloque del euro oscilará durante todo el horizonte de proyecciones en torno a la meta de estabilidad del Banco Central Europeo (BCE), con un 2,1% este año, que pasará al 1,9% el siguiente y se situaría en el 2% para 2027. Entre los Veintisiete, la inflación erraría este año en el 2,5% y se moderará gradualmente hasta el 2,1% el próximo año para repuntar una décima en 2027.
De su lado, la tasa de paro prevista en la eurozona será algo mejor de los proyectado la pasada primavera, con una lectura del 6,3% este año y del 6,2% el siguiente, en ambos casos una décima menos de lo previsto, mientras que para 2027 caería al 6,1%, mientras que para el conjunto de la UE la tasa confirmaría el 5,9% previsto en mayo para este año y el siguiente, mientras que en 2027 bajaría al 5,8%.
En cuanto al déficit, Bruselas ha revisado una décima al alza sus previsiones para la zona euro, tanto este año como el siguiente, y ahora prevé que el desequilibrio negativo de las cuentas públicas ascienda al 3,2% del PIB en 2025 y al 3,3% un año después, mientras que para 2027 anticipa un déficit del 3,4% del PIB.
A este respecto, la Comisión apunta que este repunte del déficit en la zona euro se debe a ciertas deficiencias en los ingresos, mayores gastos por intereses y un incremento del gasto en defensa que compensa parcialmente los ajustes fiscales en curso.
En el conjunto de la UE, de su lado, las nuevas previsiones contemplan un déficit del 3,3% este año y del 3,4% los dos años siguientes.
"La situación fiscal general ha mejorado significativamente desde la pandemia. Sin embargo, prevemos una evolución menos positiva en los próximos años, con un ligero aumento de los ratios de deuda y déficit", ha advertido Dombrovskis, para quien será necesario mantenerse vigilantes para salvaguardar la sostenibilidad fiscal, que constituye la base para construir una economía europea fuerte y sostenible.