Bruselas mejora las previsiones de PIB y déficit de España para 2025 y 2026

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Archivo - Una bandera de la Unión Europea junto a una bandera de España, a 3 de enero de 2024, en Madrid (España). La bandera de la Unión Europea está formada por 12 estrellas amarillas dispuestas en círculo sobre un fondo azul. Las estrellas representan

BRUSELAS, 17 (EUROPA PRESS)


La Comisión Europea ha elevado hasta el 2,9% el crecimiento de la economía española para 2025, tres décimas por encima de la anterior previsión de mayo (2,6%), una expansión que se suavizará al 2,3% en 2026, frente al 2% anticipado previamente, mientras que ha mejorado también su pronóstico de déficit para este año hasta el 2,5% desde el 2,8% de la anterior previsión y al 2,1% en el siguiente ejercicio, cuatro décimas menos.



De cara a 2027, las primeras estimaciones de la Comisión apuntan a que la economía española crecerá un 2%, mientras que el déficit público se estabilizaría en el 2,1% del PIB.



De este modo, las últimas proyecciones de Bruselas mantienen a España como la gran economía del euro que mejor desempeño tendrá en los próximos años, superando incluso las previsiones del Gobierno español de un crecimiento del 2,7% en 2025 y del 2,2% en 2026, aunque este mismo lunes ha adelantado que elevará al 2,9% la estimación para este año, igualando la tasa de Bruselas.



La Comisión Europea es el último organismo internacional en revisar al alza sus previsiones de crecimiento para España, que el pasado mes de octubre ya vio mejorado el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ahora espera una expansión del 2,9% este año y del 2% en 2026, mientras que en septiembre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) elevó su pronóstico de crecimiento para España en 2025 al 2,6% y al 2% para 2026.



En su análisis, Bruselas prevé que la demanda interna sea el principal motor de crecimiento de la economía española entre 2025 y 2027, impulsada principalmente por el consumo de los hogares y el buen desempeño de la inversión, ya que anticipa que el gasto de los consumidores se beneficiará de un mayor poder adquisitivo y un crecimiento adicional del empleo en un contexto de inmigración sostenida.



Asimismo, considera que la sólida posición financiera de las empresas no financieras, junto con la continua aplicación del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR), contribuirá a mantener la formación bruta de capital fijo, mientras que, por el contrario, se prevé que las exportaciones netas contribuyan de forma ligeramente negativa al crecimiento del PIB en 2025 y 2026.



En cuanto a los principales riesgos para la economía, Bruselas apunta a los posibles efectos indirectos derivados de una actividad económica menor a la esperada por parte de los principales socios comerciales de España, lo que podría afectar negativamente al turismo y socavar la confianza del sector privado, retrasando la inversión empresarial o impulsando la tasa de ahorro de los hogares.



Además, la Comisión advierte de que "una desaceleración de los flujos migratorios más pronunciada de lo previsto podría reducir el dinamismo del mercado laboral", lo que daría lugar a unas perspectivas menos favorables para el consumo y la inversión privados.



En este sentido, si bien anticipa que el buen desempeño del mercado laboral de los últimos años se mantenga durante todo el período de pronóstico, con la proyección de una tasa de paro del 10,4% este año, que bajará al 9,8% en 2026 y al 9,6% en 2027, Bruselas subraya que, a pesar de que estos niveles "no se han visto en más de diez años", recuerda que siguen estando entre los más altos de la UE, advirtiendo de que el aumento esperado del empleo se debe principalmente a la continua afluencia de inmigrantes, que amplía considerablemente la fuerza laboral e impulsa el ritmo de creación de empleo.



DÉFICIT Y DEUDA.


Por otro lado, las nuevas previsiones de la Comisión Europea para España implican una mejora sobre la expectativa de déficit, que bajaría este año al 2,5% del PIB, frente al 2,8% previsto en mayo, y hasta el 2,1% en 2026, cuatro décimas menos de lo proyectado previamente, mientras que para 2027 se mantendría en el 2,7%.



De tal modo, España sería también la gran economía del euro con mejores cifras de déficit durante el horizonte de proyecciones y se ajustaría al plan comprometido por Moncloa con la UE, según el cual la senda descendente del déficit público haría disminuir el desequilibrio presupuestario negativo al 2,5% en 2025 y al 2,1% en 2026 con el objetivo de llegar a bajar al 0,8% del PIB en 2031.



En este sentido, la Comisión señala el efecto corrector este año relacionado con la eliminación progresiva de las medidas energéticas y el menor impacto de las medidas puntuales adoptadas tras las inundaciones, si bien este se verá parcialmente contrarrestado por un aumento de los pagos de intereses y del gasto en defensa, mientras que, de cara a 2026, prevé que el déficit disminuya aún más, a pesar del aumento del gasto en intereses y pensiones, como consecuencia de la finalización de las medidas de emergencia relacionadas con las inundaciones, así como al impacto favorable del impuesto mínimo global para las multinacionales.



"Tras una política fiscal ligeramente expansiva en 2025-26, se prevé que esta se vuelva contractiva en 2027 tras la finalización del Mecanismo de Recuperación y Financiamiento (MRF)", apunta la Comisión, que prevé que la relación deuda/PIB continuará disminuyendo, situándose en el 100% en 2025, gracias a que el crecimiento del PIB nominal supera el coste del servicio de la deuda.



Esta senda a la baja se verá impulsada también por la reducción del déficit, por lo que la Comisión prevé que la relación deuda/PIB siga disminuyendo en 2026, cuando será del 98,2% y bajaría del 100% por primera vez desde 2019, mientras que un año después caería hasta el 97,1%.



ELEVA LA PREVISIÓN DE INFLACIÓN.


Por último, la Comisión Europea ha revisado al alza sus previsiones de inflación armonizada para España, que alcanzará el 2,6% este año, tres décimas por encima de lo anticipado en mayo, mientras que en 2026 sería del 2%, una décima más, y un año después seguiría en el 2%, en línea con la meta del Banco Central Europeo (BCE).



A este respecto, señala que esta senda progresiva a la baja vendrá impulsada por la moderación de los precios de los alimentos y, en menor medida, de los servicios, que se espera que disminuyan de forma más gradual en consonancia con un menor crecimiento de los salarios reales.



No obstante, se pronostica que el crecimiento de los salarios nominales se mantendrá por encima de la tasa de inflación en 2025, mientras que el aumento de los ingresos reales se moderará durante los dos años siguientes.




europapress