Dra. María Angélica Barrientos Arriagada, miembro de la Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo (SOCHMET)

Menopausia y trabajo: un desafío visible y necesario

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Sr. Director:


Según los datos más recientes del Banco Mundial, la fuerza laboral mundial —personas de 15 años o más— se estima en aproximadamente 3.500 millones. De ellas, el 48,7% son mujeres, y más del 34% supera los 50 años. En nuestro país, la realidad es muy similar: de los 9,5 millones de personas que integran la fuerza de trabajo, el 48,3% son mujeres, y un 20,1% tiene más de 50 años. Estas cifras nos invitan a reflexionar sobre una etapa natural de la vida que, aunque universal, sigue siendo poco abordada en los entornos laborales: el climaterio y la menopausia.


El climaterio es una fase de transición biológica que viven tanto hombres como mujeres, pero en ellas adquiere una visibilidad particular al marcar el fin del período reproductivo. Habitualmente comienza alrededor de los 40 años con la premenopausia, y culmina en la menopausia, definida como la ausencia de menstruación por al menos 12 meses, acompañada de un cambio hormonal profundo, especialmente del estradiol.


Este proceso natural genera una diversidad de síntomas físicos, emocionales y metabólicos. Entre los síntomas físicos, destacan la sequedad vaginal, bochornos, sudoración nocturna, cefaleas, sensibilidad mamaria, mayor riesgo de infecciones urinarias y pérdida de densidad ósea. A nivel emocional y cognitivo, son frecuentes los cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, depresión, fatiga, dificultades de concentración y problemas de memoria. En el plano metabólico, pueden aparecer aumento de peso, retención de líquidos, insomnio y disminución de la libido.


Todos estos factores, de manera directa o indirecta, impactan la vida laboral. No solo desde la productividad o el ausentismo, sino también en el bienestar integral de las trabajadoras, su autoestima y su sentido de pertenencia en el entorno profesional.


Desde la perspectiva de la medicina del trabajo, nuestro rol va mucho más allá de la vigilancia de la salud ocupacional: implica la protección integral del trabajador, la promoción de entornos saludables y la prevención de riesgos laborales. Bajo este prisma, el climaterio debe reconocerse como un tema de salud laboral relevante, no por considerarlo una enfermedad —porque no lo es—, sino porque puede afectar la calidad de vida y el desempeño de una parte significativa de la fuerza laboral femenina.


En este contexto, las organizaciones tienen una oportunidad y una responsabilidad: romper el silencio sobre la menopausia, promover políticas inclusivas, y garantizar acompañamiento médico adecuado. La atención primaria y la ginecología cumplen un papel clave, pero el médico del trabajo también es un actor fundamental: tiene acceso directo a un grupo cautivo de trabajadoras, conoce sus entornos y puede impulsar estrategias de educación, prevención y apoyo psicosocial.


El Día Mundial de la Menopausia, cada 18 de octubre, nos recuerda que hablar de este tema es también hablar de equidad, dignidad y salud en el trabajo. Reconocer y acompañar esta etapa no es solo una cuestión médica, sino una expresión de respeto hacia las mujeres que, con experiencia y madurez, siguen contribuyendo de manera invaluable al mundo laboral.



Dra. María Angélica Barrientos Arriagada, miembro de la Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo (SOCHMET)


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