Un equipo de investigadores de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) ha descubierto que la exposición a la contaminación del aire está relacionado con el aumento del número de infartos, así como un incremento de la mortalidad por esta causa.
El estudio, publicado en la 'Revista Española de Cardiología', ha mostrado como el riesgo de muerte aumenta un 14 por ciento tras ingresar en el hospital por un infarto, todo ello tras analizar datos de contaminación atmosférica, temperatura y humedad obtenidos de las bases de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y de la información sobre ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio y sobre mortalidad hospitalaria del Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD), cedido por el Ministerio de Sanidad.
"Nuestros resultados resaltan que concentraciones de PM2.5 superiores a 10 microgramos por metro cúbico en los tres días previos al ingreso se asocian con un incremento significativo en los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio. Esto son 22 infartos más por cada 1.000 ingresos", ha afirmado la especialista en Cardiología e investigadora Raquel Campuzano, primera firmante del estudio junto con Julio Núñez Villota.
Tras ello, ha explicado que las concentraciones superiores a 25 microgramos por metro cúbico se asocian con un riesgo incrementado de muerte durante el ingreso por infarto, unos hallazgos que pueden contribuir a implementar estrategias de prevención y políticas públicas más efectivas contra la contaminación atmosférica.
Este fenómeno supone un factor de riesgo "emergente y significativo" para las enfermedades cardiovasculares, y es que las partículas de la materia en suspensión en el aire (PM2.5 y PM10) son productos contaminantes con alto impacto medioambiental que, cuanto menor es su tamaño, más dañinas para la salud pueden resultar.
"Sabemos que estas partículas pueden provocar inflamación en el cuerpo, alterar el funcionamiento de los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de coágulos. Estos efectos están directamente relacionados con el avance de la aterosclerosis (el endurecimiento y estrechamiento de las arterias) y con la rotura de las placas que se forman en ellas, lo que puede desencadenar eventos graves como un infarto", ha expresado el investigador Jordi Bañeras, otro de los autores del estudio.
Los investigadores han subrayado que se trata de la primera vez que se analizan estos datos en todo un país, y es que se han asociado con 122 hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS) con estaciones de mediciones ambientales ubicadas en un radio de 10 kilómetros mediante coordenadas geográficas, y han incluido a 115.071 pacientes mayores de 18 años con diagnóstico de infarto agudo de miocardio entre 2016 y 2021.
El estudio también ha contado con una beca de investigación no condicionada de Sanitas y con el apoyo técnico y metodológico de la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (Fundación IMAS).
La contaminación ambiental está ganando cada vez más atención en el ámbito de la Cardiología debido a la cada vez mayor evidencia de su vínculo con las enfermedades cardiovasculares, motivo por el que el próximo Congreso Europeo de Cardiología, que tendrá lugar en Madrid entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre, incluirá hasta 16 sesiones o ponencias al respecto.