La neuropsicología tiene un papel fundamental en la prevención y el diagnóstico precoz de las demencias

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La neuropsicología tiene un papel fundamental en la prevención y el diagnóstico precoz de las demencias, según ha puesto de manifiesto la especialista Marta Balagué Marmaña, adjunta del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario Moisés Broggi (Barcelona), en un 'webinar' de la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA).



Durante el encuentro, Balagué ha detallado que la evaluación neuropsicológica puede marcar la diferencia a la hora de ofrecer un diagnóstico preciso y precoz, ya que permite detectar alteraciones relacionadas con la memoria, el lenguaje o la percepción, y relacionarlas con la afectación de áreas cerebrales concretas.



En este punto, ha añadido que si este tipo de examen se combina con biomarcadores obtenidos de técnicas de neuroimagen, punción lumbar o análisis en plasma, la neuropsicología permite alcanzar una mayor precisión diagnóstica, identificar el tipo de demencia e iniciar a partir de ello un tratamiento adecuado.



ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN


La sesión ha puesto también el foco en la utilidad de llevar a cabo a lo largo de la vida estrategias de prevención, que pueden ser una herramienta fundamental para cambiar el curso de estas enfermedades neurodegenerativas, según ha puesto en valor la profesional.



En concreto, ha apuntado a aquellas acciones preventivas basadas en el fortalecimiento de la reserva cognitiva, un concepto que hace referencia a la capacidad del cerebro para compensar los efectos del envejecimiento o las lesiones neurológicas, y que se relacionan con actividades de estimulación cognitiva, educación, contacto social y ejercicio físico.



En este sentido, la experta ha advertido de los riesgos que suponen para el deterioro cognitivo factores como el aislamiento social, la contaminación ambiental, la falta de estimulación sensorial, o la pérdida de audición y visión no tratadas. Igualmente, el propósito vital, el estilo de vida y ciertos perfiles psicológicos pueden actuar como factores protectores o de riesgo, lo que abre nuevas vías para intervenciones personalizadas.



TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS


Por otra parte, Balagué ha abordado el impacto de los nuevos tratamientos modificadores de la enfermedad, como los anticuerpos monoclonales dirigidos al amiloide, que suponen un cambio de paradigma en el abordaje del Alzheimer. Aunque aún están en evaluación y presentan limitaciones, su llegada refuerza la necesidad de detección en fases muy iniciales de la enfermedad, donde estos tratamientos muestran mayor eficacia.



La ponente ha insistido en que la combinación de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos, junto con la intervención psicosocial y el acompañamiento desde el momento del diagnóstico, constituye la estrategia más efectiva para hacer frente a las demencias. Asimismo, ha destacado la necesidad de promover una atención personalizada, centrada en la persona, que tenga en cuenta tanto los aspectos clínicos como emocionales, sociales y vitales.




europapress