Lagarde admite su preocupación por el impacto en la inflación de la crisis entre EEUU e Irán

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La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha admitido su preocupación por la situación en Irán tras el ataque de Estados Unidos y el riesgo de que esto llegase a desembocar en el cierre del estrecho de Ormuz, una amenaza que de materializarse tendría consecuencias inflacionarias.



Durante su intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, la francesa ha advertido de que este conflicto, debido a las partes involucradas y a la geografía, podría crear una situación en la que podría verse afectada una parte significativa del petróleo y el gas que transitan por el estrecho de Ormuz.



"Si así fuera, sin duda afectaría al precio del petróleo y del gas, lo cual, si bien constituye un shock de oferta, podría ser de tal magnitud y duración que desencadenaría efectos secundarios y se extendería a un ámbito mucho más amplio que el simple canal de los precios de la energía", ha reconocido.



No obstante, Lagarde ha expresado su deseo de que las partes puedan volver a sentarse a la mesa, negociar y, con suerte, llegar a un acuerdo que evite tales consecuencias económicas.



"No cabe duda de que, a corto plazo, si ese riesgo se materializara, tendría consecuencias inflacionarias", ha añadido la presidenta del BCE, para quien esto es motivo de preocupación y es algo a vigilar muy de cerca.



En cuanto al impacto potencial a medio y largo plazo, Lagarde ha reconocido la necesidad de evaluarlo, ya que sería un factor de aumento de los precios por un lado, y de disminución de la demanda por otro.



Anteriormente, en una entrevista con BloombergTV, recogida por Europa Press, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, reconocía que los eventos recientes representan "otra fuente de incertidumbre" en un entorno altamente incierto.



De este modo, apuntaba que la institución permanece atenta a la evolución de los acontecimientos tanto por su potencial impacto sobre los precios del petróleo y el gas, como también respecto a posibles disrupciones que puedan afectar a rutas de suministro y a otros países.



"Podría haber un impacto secundario y terciario", advertía la economista búlgara ante el riesgo de que haya más turbulencias que afecten a las perspectivas de crecimiento de las grandes economías, produciendo un impacto desencadenante de una revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento global.



"Como saben, ya hemos revisado a la baja las proyecciones de crecimiento para este año y publicaremos nuestras próximas proyecciones en julio", recordaba.






europapress