Los bombardeos de Israel contra Irán, colofón a las tensiones acumuladas sobre el programa nuclear de Teherán

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MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) - Los bombardeos perpetrados por Israel contra varios puntos de Irán, que han alcanzado la instalación nuclear de Natanz y han matado a varios altos cargos militares, suponen el colofón a las tensiones acumuladas desde hace años en torno al programa nuclear iraní, a pesar de los contactos de los últimos meses entre Teherán y Washington para lograr un nuevo acuerdo.


Los ataques, descritos como "preventivos" por Israel, han sido justificados desde Tel Aviv como una acción defensiva ante los supuestos planes de Irán para hacerse con armamento nuclear, algo que Teherán ha negado en reiteradas ocasiones que figure entre sus planes, a pesar de las suspicacias por parte de la comunidad internacional y las alarmas del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), que en sus últimos informes ha apuntado a un aumento del enriquecimiento de ucranio por parte de los científicos iraníes.


Así, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha ensalzado que estos bombardeos han sido "muy exitosos" y ha agregado que entre los objetivos alcanzados hay "altos cargos militares" y "científicos destacados" del programa nuclear iraní, mientras que Irán ha confirmado la muerte de varios dirigentes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Revolucionaria, entre ellos sus respectivos jefes, Mohamed Baqeri y Hosein Salami.


Por su parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, ha destacado que los ataques han sido lanzados "para neutralizar una amenaza inmediata y existencial" para el país, mientras que Irán ha responsabilizado también a Estados Unidos de estos hechos, habida cuenta su apoyo militar y diplomático a las autoridades israelíes.


Esta decisión de Israel, que ha afirmado que podría continuar lanzando ataques en medio de las amenazas sobre una dura respuesta desde Irán, supone un drástico repunte en las tensiones en la región, ya sumida en diversos conflictos a raíz de los ataques del 7 de octubre de 2023, que han incluido desde entonces varios intercambios de ataques entre Israel e Irán, dos potencias enfrentadas desde hace décadas en la región y en ocasiones al borde de una guerra a gran escala.


Israel ha sido uno de los más críticos con el programa nuclear de Irán y había amenazado previamente con adoptar acciones militares, incluso sin el respaldo de Estados Unidos, sumido tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca en un proceso de conversaciones indirectas con Irán para lograr un acuerdo nuclear que reemplace el de 2015, gravemente dañado por la retirada unilateral del país norteamericano en 2018.


PROCESO DE CONVERSACIONES DIPLOMÁTICAS

Los bombardeos han llegado días después de que el propio Trump criticara la postura negociadora de Irán en los contactos --que tienen su sexta reunión programada este domingo en Omán, si bien ahora se encuentran en el aire--, cuando dijo que "cada vez confía menos" en poder lograr un acuerdo.


El mandatario apuntó que Teherán "está procrastinando", después de que el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, y otros altos cargos iraníes rechazaran la propuesta planteada por Washington al considerar inaceptable la exigencia para un fin de sus labores de enriquecimiento de uranio, un elemento clave del programa nuclear.


La propuesta, presentada por el enviado de Estados Unidos para Oriente Próximo, Steven Witkoff, contempla la formación de un consorcio regional integrado por ambos países, además de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) --y quizá Turquía y Qatar--, para enriquecer uranio para reactores civiles en Oriente Próximo.


A ello se suma el informe publicado el 31 de mayo por el OIEA, que sostuvo que "aunque Irán sigue cooperando con el organismo en cuestiones de aplicación rutinaria de las salvaguardias, su cooperación ha sido menos que satisfactoria en varios aspectos", incluida una falta de respuesta a varias preguntas o una ausencia de "respuestas técnicamente creíbles" sobre varias dudas sobre su programa nuclear.


El OIEA apuntó que Irán había "saneado" tres lugares --Lavisan-Shian, Varamin y Turquzabad-- en los que se halló material nuclear y que no figuran en la lista oficial de instalaciones nucleares, al tiempo que señaló que "la rápida acumulación de uranio muy enriquecido es motivo de grave preocupación y se suma a la complejidad de las cuestiones" aún pendientes de solución.


Posteriormente, la Junta de Gobernadores del OIEA aprobó esta misma semana una resolución de condena contra Irán, una medida duramente criticada por Teherán, que anunció en respuesta una expansión de las actividades de enriquecimiento, tensando aún más la cuerda en el pulso diplomático en torno a estas labores.


EL ENRIQUECIMIENTO DE URANIO

El enriquecimiento de uranio ha surgido desde el inicio como una barrera para un acercamiento, lo que dificulta que Trump se anote un éxito diplomático y que Teherán logre uno de sus principales objetivos: una retirada de las duras sanciones impuestas por Estados Unidos, que han golpeado su economía y empeorado la situación a nivel interno por su impacto sobre el nivel de vida de la población.


Trump apuntó en un inicio que Irán podría mantener unos niveles bajos de enriquecimiento para la generación de energía, pero alejado de la posibilidad de un desarrollo de armamento nuclear, si bien posteriormente ha endurecido su postura y ha reclamado que este enriquecimiento directamente no exista, según su última propuesta, algo considerado inaceptable por parte de las autoridades iraníes.


De hecho, Irán ha recordado en varias ocasiones que esta opción no debería estar siquiera sobre la mesa, ya que apela a su derecho a mantener un programa nuclear civil --algo contemplado por el Programa de No Proliferación Nuclear (TNP), al que Teherán se unió en 1970--, reiterando que no tiene intención alguna de desarrollar armas nucleares.


El uranio, un elemento radiactivo natural, cuanta con tres isótopos naturales --U-234, U-235 y U-238, este último el más abundante, constituyendo el 99 por ciento del uranio natural del planeta--. El uranio natural contiene únicamente un 0,72 por ciento de U-235, más fácilmente divisible para la liberación de energía durante la fisión.


Para la producción de combustible nuclear hay que aumentar artificialmente la concentración de U-235 a través del enriquecimiento, por lo que se establecen dos niveles: el uranio poco enriquecido, cuando la proporción de U-235 es inferior al 20 por ciento --usado en la mayoría de los reactores comerciales, que suelen emplear una concentración inferior al cinco por ciento--, y el uranio enriquecido, que es cuando la proporción supera el 20 por ciento --usado en reactores de propulsión naval, armas nucleares y ciertos reactores de investigación--.


El OIEA ha informado de que el programa de enriquecimiento de uranio de Irán ha llegado a un nivel de pureza del 60 por ciento, lo que ha hecho saltar las alarmas, ya que de ahí al grado de pureza del 90 por ciento necesario para la fabricación de armamento nuclear estaría a un corto paso técnico que podría ser alcanzable casi sin previo aviso.


El Centro para el Control de Armas y No Proliferación sostiene que "enriquecer uranio al 20 por ciento representa cerca del 90 por ciento del esfuerzo necesario para producir material fisible para armas nucleares", por lo que una vez que llega a este nivel "puede ser convertido en armamento en una cantidad de tiempo relativamente corta".


Por este motivo, este umbral suele ser fijado para diferenciar entre aplicaciones civiles y militares, un hecho empleado por Israel y Estados Unidos, entre otros, para acusar a Teherán de manejar un programa secreto para hacerse con armas nucleares y justificar los ataques, que ponen nuevamente a la región al filo de un conflicto a gran escala con consecuencias impredecibles.


europapress