En noviembre próximo, se desarrollarán nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias, momento que llama a la reflexión respecto a los desafíos que hay en el país en diversos ámbitos de la economía, como el sector logístico-portuario, el que aporta al crecimiento para nuestro país. De hecho, por cada dólar que se invierte en logística, la producción total de la economía del país aumenta 2,5 dólares, según datos oficiales del Ministerio de Transportes y Conecta Logística.
Así, hay retos clave que impactan en la competitividad y sostenibilidad de la industria. Uno de ellos corresponde a la modernización portuaria. Muchas instalaciones de este tipo presentan una infraestructura insuficiente que limita la eficiencia operativa y la capacidad de carga. Es urgente invertir en la renovación de puertos, ampliando las capacidades en diferentes obras (aumento de calado, zonas de atraque, grúas, accesos viales y plataformas, entre otras) para atender el aumento sostenido del comercio internacional, nuevos mercados e industrias (hidrógeno verde y sus derivados, o litio, por mencionar algunas).
Vemos que en América Latina, nuestro vecino Perú lleva la delantera en este ámbito, con Chancay como un nuevo centro logístico en el Cono Sur, mientras que proyectos emblemáticos como el puerto de San Antonio presentan un avance más lento, lo que se debería agilizar. Ya se ha planteado por parte del CPI la idea del fast track en materia de infraestructura crítica, lo que debería ser una prioridad.
Otro constante reto del sector portuario corresponde a la falta de integración y coordinación entre los puertos y el sistema logístico nacional. La infraestructura vial es insuficiente para el transporte terrestre, ferroviario y marítimo, lo que genera cuellos de botella. Las futuras autoridades deben poner énfasis en mejorar la conectividad y optimizar las cadenas de suministro para reducir costos y tiempos de tránsito, por lo que se deben concretar iniciativas como la Ruta 66, o bien la ampliación de la Ruta 68 por mencionar algunas obras.
Al mismo tiempo, la seguridad y ciberseguridad son relevantes para la industria. En un mundo cada vez más digitalizado, los puertos deben fortalecer sus sistemas de seguridad, tanto físicos como cibernéticos. El narcotráfico y el contrabando, debe tener una atención especial, con el fin de que las terminales marítimas no sean zona de paso de cargas ilícitas, lo que se logra con la fiscalización de las autoridades competentes y que estas cuenten con plataformas tecnológicas, sistemas de detección y revisión de la carga con alta tecnología.
Alvaro Peña
Académico de Ingeniería de Construcción y Transportes PUCV
Consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)