​Una lata, mil oportunidades: su reciclaje para el desarrollo sostenible e inclusión

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Ball Lata Aluminio

En el contexto del Día Mundial del Reciclaje, como actores clave en la cadena de valorización del aluminio, hacemos un llamado urgente a mirar el reciclaje no solo como una práctica ambiental, sino como una herramienta concreta para el desarrollo social y económico del país. Hoy más que nunca, frente a los desafíos ambientales y sociales que enfrenta Chile, es indispensable avanzar en políticas públicas que impulsen la economía circular con enfoque de justicia social.


Una simple lata de bebida, muchas veces desechada sin reflexión, encierra una oportunidad transformadora. El aluminio es uno de los materiales más eficientes dentro del ciclo circular, pues puede reciclarse indefinidamente sin perder calidad, y hacerlo consume un 95% menos de energía que producirlo desde mineral virgen. Este dato no solo es ambientalmente relevante, sino que también demuestra el potencial de esta cadena para aportar a una matriz productiva más sostenible y resiliente.


Pero la verdadera transformación ocurre cuando el reciclaje se convierte en un motor de inclusión. En ese marco nace el Banco Social de Latas, una iniciativa colaborativa que permite que cada envase reciclado se traduzca en valor social: ingresos para recicladores de base, recursos para organizaciones sociales y programas de educación ambiental en comunidades y escuelas. No se trata solo de materiales descartados, sino de tejido social y desarrollo territorial.


Este modelo, activo en varias comunas del país y con participación directa de la ciudadanía, es un ejemplo de cómo la articulación entre el sector privado, la sociedad civil y las comunidades puede responder a los desafíos que plantea la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). La REP representa una gran oportunidad para institucionalizar estas buenas prácticas, asegurando su escalabilidad y sustentabilidad en el tiempo.


En 2023, la tasa de reciclaje de latas de aluminio en Chile alcanzó un 36%, según cifras de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR). Aunque este número marca avances, aún estamos lejos del potencial real que tiene el país para convertirse en un referente en valorización de materiales. Alcanzarlo requiere un compromiso transversal: mayor infraestructura, incentivos regulatorios adecuados y una visión estratégica que entienda el reciclaje como política pública.


El Banco Social de Latas ha demostrado que es posible construir una cadena virtuosa donde todos ganan: los recicladores, las comunidades, las empresas y el medioambiente. La educación ambiental, promovida en escuelas mediante campañas activas de recolección, refuerza el compromiso ciudadano desde la infancia y siembra las bases de una nueva cultura de sostenibilidad.


Esta iniciativa es fruto de la alianza entre Ball, líder mundial en la fabricación de latas de aluminio; Metalum, referente en revalorización de metales; y Kyklos, organización con trayectoria en educación ambiental; junto con el respaldo de ANIR, gremio que agrupa a los principales actores del reciclaje en Chile. Juntos hemos construido un modelo replicable, escalable y alineado con los objetivos de desarrollo sostenible.


Hoy, desde nuestra experiencia, reafirmamos que el reciclaje no puede seguir viéndose como una acción voluntarista o marginal. Necesita del respaldo institucional, de marcos normativos claros, y del impulso político para convertirse en una verdadera política de Estado.


Recuperar una lata es transformar un material descartado en valor social. Es un paso hacia un país más justo, más limpio y solidario. La sostenibilidad no se decreta: se construye con alianzas, voluntad y acción.


Ball

ANIR

Metalum 

Kyklos

europapress