Sr. Director,
Chile es un país que envejece aceleradamente y no queremos reconocerlo. Por una parte, desde lo estructural, no hay una estrategia consistente con una mirada de largo plazo que permitan un envejecimiento activo a partir de políticas públicas de salud, educación, desarrollo social, entre otras. Más bien enfrentamos la vejez como una carga para la que, en el mejor de los casos, implementamos acciones paliativas mientras “esperamos la carroza” o con “una política con la que nos quieren mandar el cementerio”, como dijo el profesor Maza.
Naciones Unidas -en su Asamblea General de diciembre de 2023 sobre el envejecimiento-, instó a los países a “adoptar medidas eficaces contra el edadismo” y a percibir a las personas de edad como contribuyentes activos a la sociedad y no como receptores pasivos de cuidados y asistencia.
En esa línea, la ley que establece el retiro forzoso del sector público para personas mayores de 75 años es cuestionable en dos sentidos, el primero no tiene nada que ver con el mérito, capacidades y competencias de la persona, y el segundo es que va contra la realidad, reforzando la falta de visión estratégica que apunte a la mayor y mejor integración de los adultos mayores a distintos ámbitos incluido el laboral.
Eric Latorre
Director del magister de Gobierno y Administración Pública
Universidad Autónoma de Chile