El Ejecutivo ha equivocado sistemáticamente el camino en materia de impuesto a la renta, sin comprender que el país hoy necesita incentivos tributarios para crecer y reactivar la inversión. Reducir la carga tributaria a las empresas es esencial: en Chile es excesiva y supera ampliamente el promedio OCDE. La tasa de Primera Categoría debería acercarse al 20%, y la de las PYME situarse incluso por debajo. La tasa actual reducida de 12,5% para las PYME es sólo transitoria, pues la tasa normal es de un 25%, lo que resulta en un verdadero castigo al emprendimiento. Las compensaciones a estas rebajas impositivas deben provenir de una drástica reducción del gasto fiscal y una ampliación de la base del impuesto a la renta a las personas, acotando el tramo exento del Global Complementario, que hoy es excesivo, como también lo ha señalado la OCDE.
Las tasas impositivas actuales limitan la competitividad tributaria de Chile y afectan la inversión extranjera. Al renunciar a discutir esta reforma en los términos planteados, el Ejecutivo traslada este desafío al próximo gobierno.
Claudio Bustos
Abogado tributarista y socio de Bustos Tax & Legal