Señor director:
Durante años, el mandato no escrito del ecosistema startup fue “crecer a toda costa”. Más usuarios, más operaciones, más países. La rentabilidad podía esperar. Sin embargo, esa lógica se quebró. Hoy el mercado ya no premia las ideas bonitas ni las promesas futuras, premia la eficiencia, la capacidad de facturar y -más difícil aún- de generar ganancias reales.
El caso de Awto fue un golpe de realidad. Pero no es el único, cada vez más emprendimientos se enfrentan al mismo dilema de haber crecido bajo una lógica que ya no encaja en el nuevo ciclo económico. En este contexto global más incierto, con fondos más conservadores y capital más escaso, ya no solo basta con tener una buena idea. Hay que demostrar que el modelo funciona.
En este Día Mundial del Emprendimiento, conviene dejar de romantizar el concepto. Emprender no es solo tener pasión. Es tomar decisiones difíciles, sostenerse en los números y entender que la única manera de proyectarse es construir desde la racionalidad. Ojalá que eso también se celebre.
Daniela Baytelman
Director ejecutivo de easycancha