Sr Director,
Sin entrar en el fondo y la gravedad de esta segunda denuncia por connotación sexual contra el Presidente de la República, de la cual nos enteramos recientemente, al menos explica su titubeo en el caso Monsalve y su nerviosa conferencia en Lampa durante 50 minutos "por la transparencia". ¿Podía en estas circunstancias este Presidente proteger a la funcionaria de su gobierno que denunció haber padecido los hechos más terribles por parte de la autoridad a la que él mismo le encargó la seguridad nacional? ¿Podía acaso el gobierno por él liderado proteger a las mujeres de Chile, a alguna mujer si quiera, aparte de Irina, claro? Aparentemente el Presidente de Chile, como otros antes, tiene conflictos de interés, pero esta vez en materia de género, que lo han maniatado para actuar en consecuencia. Por eso este gobierno terminó transformándose en un peligro para los intereses de las mujeres. Por eso hoy las mujeres están peor que cuando asumió este gobierno "feminista".
Chile, entonces, no tiene en realidad un Presidente comprometido con la igualdad de género. Tiene un Presidente solamente comprometido, enredado en su propia historia, rehén de sus propias consignas.
Así, seguro es la denuncia por hurto que pesó sobre el Presidente la que lo tiene inhabilitado para actuar en materia de seguridad, ahora, en pro de todos los chilenos, hombres y mujeres, y la que lo hace empatizar, por el contrario, indulto mediante, con otros delincuentes. O tal vez es el negocio inmobiliario de su familia el que lo tiene contrariado de tomar decisiones en materia de política de vivienda, cuya mayor trascendencia ha sido el destape del robo del caso Convenios, mientras generaciones mueren esperando la casa propia o el crimen organizado ofrece soluciones alternativas en territorios que su gobierno ha capitulado. Así también, sería su inexperiencia laboral la que explica su indolencia frente al desempleo y desformalización.
Ahora bien, ¿es su malthusianismo el que lo tiene en la inacción en materia de listas de espera? ¿O es al revés, la ideología actúa para el Presidente como bálsamo de sus propias culpas?
Sin especular, ¿qué explicará la contrariedad de Gabriel Boric en materia de educación o relaciones internacionales o su desorden y desapego en materia de finanzas públicas? ¿Qué explica que en su gobierno las leyes sectoriales de medio ambiente y pesca se 'traten' en la casa de Zalaquett? ¿En algún nivel este desastre es culpa nuestra? ¿Es acaso la histórica deuda de Chile con sus zonas extremas la que explica el odio del Presidente a Chile?
El Presidente decidió transparentar la denuncia en cuestión un día después de las elecciones regionales. Con ello muestra su disposición a arrastrar a todo el oficialismo a su situación personal. Y así ha sido, el Socialismo Democrático ha terminado por mimetizarse con él, lo que explica la tolerancia a las continuas crisis por las que tienen que responder. Y es que el Presidente lo arrastra todo. Lo que, sumado a, por ejemplo, los matices con la realidad que tienen sus comentarios procesales tipo 'nadie está sobre la ley', lo muestran adoleciendo como Luis XIV. Al igual que el otro Presidente aludido, al que se le acusaba de conflictos de interés, este Presidente también se superpone frente a la institucionalidad. El Presidente Boric es un peligro para Chile, los chilenos y su institucionalidad. Este es el resultado de cuando tienes un Presidente con tejado de vidrio. Tienes un Presidente inhabilitado, inmovilizado, para actuar.
Estos días ha circulado un extracto de debate en la campaña presidencial en que José Antonio Kast lo emplaza: “¿Qué otras cosas no conocemos de ti, por las cuales vas a tener que pedir perdón cuando te sorprendamos?”. Quedan cerca de 470 días para que se acabe este gobierno. El desenlace de este drama está por verse, pues todo indica que aún falta el desarrollo de tramas desconocidas.
Juan Irarrázaval Rossel,
Diputado del Partido Republicano