Sr. Director,
Todas las acusaciones que involucren victimización sexual, de similar naturaleza a las que enfrenta el ex subsecretario Manuel Monsalve, debieran ser atendidas apropiadamente, sin selecciones basadas en quienes las afrontan como posibles perpetradores.
En este caso específico, así como de otros personajes políticos que han enfrentado, incluso, condenas por ilícitos de igual tipología, el Estado de Chile debiera reflexionar acerca de cuán nocivo o beneficioso a su integridad estructural es el posicionamiento político de sus actores, aplicando diversas técnicas de identificación de talentos emocionales, además de intelectuales.
Por lo demás, quien debiera estar al centro de mecanismos de intervención, atención, etc. debe ser la víctima –resguardándola, por supuesto- y no hacer de algo tan doloroso, una revuelta mediática y un intento de usurpación de votantes, en tiempos de elecciones. El foco debe estar en la prevención de estos delitos que continúan siendo estadísticas extremadamente preocupantes.
Asimismo, respecto de la remoción, en este caso laboral, de cualquier persona acusada de conductas desviadas, sin un proceso de investigación exhaustivo que determine culpabilidad; no es constitucional. Sin embargo, por la envergadura de sus responsabilidades, Monsalve debiera haber sido suspendido de inmediato y, dado el carácter de la acusación, mantenerlo distanciado de mujeres en su entorno profesional.
Es importante señalar que la conversación debe ser atendida como un asunto de índole penal y no a nivel de conversaciones político-partidistas de pasillos y urnas electorales.
Me parece importante hacer un llamado a no olvidar a todos aquellos políticos que han sido declarados culpables, porque nos trae a atención cierto tipo de personalidad que pareciera recurrente en un sistema donde no se debe dar cabida a la impunidad, al olvido y a la elección de medida punitiva.
Debemos recordar que la perversión y el daño adjunto a los abusos sexuales y violaciones es de vasta magnitud. Hoy el ex subsecretario Monsalve ha sido acusado, pero no es el único miembro de un gobierno chileno que lo enfrente.
La pregunta es: qué tipo de personas, sin idoneidad moral, están siendo admitidos, invitados, a ocupar cargos públicos. Al final del día, el costo nunca es compartido con sus partidos, sino siempre con el gobierno que haya respaldado su designación y, esto a su vez, implica que haya un mayor número de víctimas, quienes muchas veces no reciben tratamientos que respondan efectivamente a las transgresiones sufridas, siendo victimizadas por las instituciones por las cuales deben transitar a lo largo de su aflicción y, lo que es peor; silenciadas por el poder de quienes realizan tales agresiones.
Marcela del Sol-Hallett,
Perfiladora Criminal, Directora Academia 360 de prevención criminal