Ecuador, es un país que históricamente ha gozado de abundantes recursos hídricos, lo que le ha permitido la generación de electricidad, hoy se enfrenta a un desafío altamente crítico: según reportes oficiales, se acusa a la sequía o falta de agua lluvias de haber puesto en jaque al sistema eléctrico nacional, conllevando una crisis que de manera repetitiva se ha venido gestando y que hoy amenaza tanto la estabilidad y desenvolvimiento de la economía, así como la calidad de vida del conjunto de sus ciudadanos, que miran con desesperanza su futuro.
Se estima que la matriz energética de Ecuador se compone en un aproximado del 90% por fuentes hidroeléctricas y el 10% termoeléctricas. Por tanto, se presume que esta alta dependencia es la que conlleva a que cualquier variabilidad en los niveles de agua afecte directamente la capacidad de generación. Por tanto, en años de sequía, como la que se asegura que existe, las represas no logran almacenar el agua necesaria, lo que resulta en una drástica disminución de la producción. Por lo que, estas serían las razones para que tengan lugar los apagones a escala nacional.
Las termoeléctricas son infraestructuras que generan energía eléctrica mediante la combustión del diésel y fuelóleo o gas natural. En Ecuador según se conoce que estas centrales atienden el 8,76% de la demanda interna de electricidad, mientras que la diferencia, el 91,24% se produce en las 14 plantas hidroeléctricas existentes. Según la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC), al momento, de un total de 25 centrales termoeléctricas existentes, apenas 5 que estarían operando en su máxima capacidad, mientras que las restantes, estarían en la obsolescencia, sin mantenimiento, escasas de tecnología y en el mejor de los casos operando en un 50%.
Llama poderosamente la atención que según CELEC, Ecuador tendría una capacidad instalada de 6. 400 megavatios, entre la generación hidroeléctrica y la termoeléctrica, mientras que la demanda de consumo nacional es aproximada a los 4.000 megavatios, lo que implicaría que el Ecuador no debería tener apagones ya que su oferta de energía supera a la demanda nacional en 2.400 megavatios. Es aquí en donde surge la sospecha entre los ciudadanos, de que nos mientes deliberadamente para alimentar la corrupción y para crear un escenario propicio para la privatización de este sector y para ello, se toma como caballo de batalla la sequía.
El gobierno nacional en extensos comunicados ha manifestado que el motivo central de los apagones son la falta de lluvias en los afluentes de las centrales de generación eléctrica, a esto se suma un sector de la ciudadanía que le hace el coro a la información gubernamental, inundando las redes sociales con información de sequía en ríos, pastizales y zonas montañosas, si bien es de conocimiento general la existencia de calentamiento global, pero lo interesante de todo esto es que, en Ecuador, están bien definidas históricamente dos estaciones, que se las conoce como invierno y verano y en términos generales, el invierno va desde diciembre hasta mayo y el verano de junio hasta noviembre. Debería sí, preocuparnos que no hubiera lluvia en los meses de invierno, ya que en verano es normal que no llueva.
En lo personal, desde que tengo uso de razón, siempre se dijo que Ecuador tenía dos estaciones bien definidas, inverno y verano, recuerdo que muy cerca a la casa en donde nací, había un pequeño río, en los meses de invierno todos los habitantes del pueblo nos bañábamos y nos abastecíamos del líquido vital y en los meses de verano el río se secaba y teníamos que acarear el agua desde zonas más alejadas. (creo que será el caso de muchas personas). por tanto, a decir verdad, el tema de los apagones es una situación más compleja.
Si bien existe una demanda creciente de energía por el crecimiento poblacional, la CELEC nos ha informado que la demanda estaría satisfecha y es más tendríamos excedente. Por tanto, el problema podría ser por falta de previsión, pues si se sabe que, en los meses de verano, no hay lluvia y los ríos bajan su caudal, lo que abría que hacer es represar esa abundancia de agua que se desperdicia en invierno para luego ser utilizada en las épocas de verano o sequía.
Además, se requiere urgente una redirección en la estrategia estatal de construir las centrales eléctricas en una sola dirección. No es posible que todo el modelo de generación de electricidad gubernamental, contemple la construcción de estas mega obras en las cuencas hidrográficas que se dirigen a Oriente y no a Occidente, en donde existen ríos muy caudalosos.
En el pasado se dijo que Ecuador en el 2016 tendría 8 nuevas represas y que sería una potencia energética, pero según CELEC, de las 8 hidroeléctricas, apenas están funcionando tres, Coca Codo Sinclair, Manduriacu y Sopladora, y funcionan no en la totalidad de su capacidad instalada, se sostiene que la primera, tenía antes de empezar su funcionamiento más de 7.648 fisuras, aunque se han estado reparándolas, según se ha dicho, se alerta que las fisuras se multiplican y que la represa estaría al borde del colapso total.
Dos represas funcionan a medias, la represa San Francisco y Delsitanisagua y tres nunca funcionaron, es el caso de la represa Mazar Dudas, Quijos y la Toachi Pilatón, que aún se encuentran en proceso de construcción, por problemas de contratación y visos de mega corrupción. A pesar de estas deficiencias Ecuador tendría una sobre oferta de energía.
Ecuador ha invertido más de 6.000 millones de dólares en estos mega proyectos fallidos, financiados por el gobierno chino y construidos por empresas chinas que los dejaron con muchas fallas y en algunos casos en proceso de construcción. Por tanto, es necesario y urgente determinar de manera efectiva lo que ha pasado con estas hidroeléctricas, para determinar responsabilidades y tomar acciones legales para recuperar estos recursos económicos y al mismo tiempo, realizar inversiones para poner en pleno funcionamiento a todas plantas.
El gobierno está tomando medidas parches, ha anunciado que adquirirá barcazas y contratará empresas privadas de este tipo, en principio ya contrató una barcaza turca, que empezó operaciones hace aproximadamente 11 días, en donde su generación era de 100 megavatios y hasta el reporte del miércoles 25-09-2024, redujo su generación a 12 megavatios, situación que lejos de resolver el problema más bien lo agudiza y se revelan acciones viciadas de corrupción.
Resolver la crisis, no basta con responsabilizar a la naturaleza por la falta de lluvias en verano. Se requiere acciones coordinadas entre el gobierno, sector privado y sociedad civil. Represar las aguas en invierno y aprovecharlas en verano. Redirección de la estrategia gubernamental de construir represas solo en los caudales del Oriente y dirigirlos hacia Occidente. Es necesario una auditoría al sistema de generación eléctrica para determinar responsabilidades legales y garantizar la devolución de los recursos y emprender en mayor inversión en aquellos proyectos. Además, es necesario la transición inmediata hacia un sistema energético más sostenible, amigable y diversificado, que de un verdadero impulso al desarrollo económico inclusivo y responsable.
Félix S. Pilay Toala
Profesor Universitario
Analista económico y político
Doctor, Economista, Magister en Administración Pública.
Presidente, RED ICALC, (Red de Investigadores Científicos de América Latina y el Caribe)
Pilayfelix071@gmail.com