La persistencia de las desigualdades territoriales en Chile

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AMERICO IBARRA (1)


La distribución espacial de la actividad económica y la población en Chile ha sido históricamente desigual, con una marcada concentración en la Región Metropolitana. Este fenómeno, si bien no es exclusivo de Chile, ha adquirido características y dimensiones particulares.


Un primer factor clave en la explicación de las desigualdades territoriales en Chile es el papel desempeñado por el Estado a través de sus políticas públicas, el que muchas veces no ha previsto los efectos territoriales de sus intervenciones, contribuyendo de esta forma a acentuar los desequilibrios y favorecer la concentración de la actividad económica y la población en determinadas regiones.


Esto ocurre, debido a que numerosas políticas macroeconómicas, sectoriales y de infraestructura ignoran las asimetrías regionales, beneficiando repetitivamente a las zonas más desarrolladas del país. Así, por ejemplo, las políticas de apertura comercial y de promoción de la competitividad suelen fortalecer la posición de las regiones circunstancial o temporalmente más avanzadas, erosionado las capacidades de otras regiones para competir en igualdad de condiciones.


Si bien las políticas de inversión en infraestructura han mejorado la conectividad a nivel nacional aún privilegian el desarrollo de redes y corredores que favorecen los flujos de bienes, servicios y personas hacia y desde la Región Metropolitana, dado efectos como, la reducción de los costos de transporte y el aumento de la velocidad de los flujos interregionales. Sin duda la mayor conectividad representa una ventaja competitiva relevante que siempre atrae inversiones, genera mayores oportunidades de empleo y fomenta la migración de trabajadores calificados.


Frente a este panorama, se hace evidente la necesidad de diseñar e implementar una política espacial más comprensiva y efectiva. Esto requiere, en primer lugar, fortalecer la capacidad del Estado para evaluar y anticipar los efectos territoriales de sus intervenciones, las que debieran considerar eventuales acciones correctivas o compensatorias que logren mitigar los impactos negativos sobre las regiones más rezagadas.


Es fundamental también que el diseño de los instrumentos de desarrollo regional, no sólo potencien las capacidades endógenas y aumenten las ventajas comparativas de cada región, sino que también existan políticas o programas de innovación que permitan fortalecer actuales y potenciales capacidades productivas


Es necesario y urgente avanzar hacia una mayor integración y cohesión territorial, diseñando e implementando políticas que favorezcan una distribución más equilibrada de las oportunidades y los beneficios del desarrollo a lo largo del país. Para ello existen mecanismos de compensación, esquemas de descentralización fiscal y administrativa, y la promoción de encadenamientos productivos interregionales. Chile requiere de una política espacial más comprehensiva, que logre armonizar los objetivos de eficiencia económica y equidad territorial. 


Américo Ibarra Lara,

Director Observatorio en Política Pública y Territorio,

Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido,

Universidad de Santiago de Chile

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