Economía, Defensa y Diplomacia: buscando generar sinergia

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Esta última semana la prensa dio cuenta de la noticia que circuló entre diferentes empresas asociadas al comercio internacional que informaba que, próximamente, a partir del mes de julio, los costos asociados a los fletes marítimos sufrirían, nuevamente, una importante alza, con el impacto que esto trae a nuestra economía, considerando que alrededor del 90% de lo que se exporta como también lo que se importa se realiza por medio del transporte marítimo.


Las principales razones que impactan esta medida, como se analizara en columnas anteriores, son, por un lado, la continuación de conflictos en el mundo, en particular en Oriente Medio y sus efectos en la seguridad a las naves que realizaban la ruta que conecta Europa y Asia a través del canal de Suez y el mar Rojo, en que los ataques a naves mercantes por parte de los rebeldes hutis ha obligado a seguir rutas de navegación más largas, incrementando su demanda de combustible y los seguros asociados a estos riesgos. Otro aspecto ha sido el aumento en impuestos relacionados a normativas medioambientales más estrictas.


Conscientes del impacto que estos conflictos generan en la economía mundial, es que los países buscan apoyarse generando coaliciones militares para hacer frente a estas amenazas. Específicamente, en el área del mar Rojo y del golfo de Adén, la Comunidad Europea implementó la “Operación Áspides” con un propósito principalmente defensivo, coexistiendo con la “Operación Guardian de la Prosperidad” liderada por los Estados Unidos de Norteamérica que ha buscado, además de la defensa de las naves, el afectar objetivos militares que realizan estos ataques desde tierra.


Para lograr la realización de estas coaliciones es que las naciones recurren a aquellos aspectos que les son de interés común y que les permite, a través de la diplomacia, comprender esta realidad y necesidad de trabajar en conjunto en busca del bienestar de cada país, en este caso, empleando el instrumento militar para apoyar la protección de las líneas de comunicaciones marítimas para asegurar que estas sigan contribuyendo a las respectivas economías.


Sin embargo, para poder materializar lo antes mencionado, las fuerzas militares a su vez, deben ser capaces de entenderse, no solo en un lenguaje común, si no también, en la forma en que operan, con el propósito que este actuar conjunto genere la fuerza que este grupo de capacidades individuales aporta y que, evidentemente, trabajando en grupo será mayor al de un actuar individual.


Esta mirada es la que impulsa al instrumento militar a desarrollar permanentemente actividades y ejercicios con fuerzas de diferentes partes del mundo. En la mirada de la dimensión marítima, hace pocas semanas, unidades navales de Chile realizaron ejercicios con buques de la Armada de Francia. Hoy, unidades navales se encuentran desarrollando ejercicios con el portaaviones USS “George Washington” y su escolta, como también, la fragata chilena “Almirante Condell” navega rumbo a Hawaii para participar en la versión 2024 del ejercicio “RIMPAC” (Rim of the Pacific), el mayor ejercicio naval del mundo. Por otra parte, la semana recién pasada, en dependencias de la Academia de Guerra Naval en Valparaíso, se inició la planificación del ejercicio UNITAS 2024, el cual es organizado por nuestra Armada y que se desarrollará en aguas chilenas.


En definitiva, coherente con una realidad mundial que presenta desafíos en forma cotidiana, nuestro país realiza un esfuerzo permanente para que el instrumento militar tenga las capacidades que le permitan contribuir desde su dimensión a los otros instrumentos, como pueden ser el económico y/o diplomático, en pos del bienestar y prosperidad de nuestro país.


Leonardo Quijarro

Profesor Residente Academia de Guerra Naval

Docente Investigador del Centro de Estudios Navales y Marítimos (CENAM)

europapress