Marcela del Sol-Hallett, Co Creadora Proyecto 360 Prevención Criminal

Ministra de la Mujer y los Ineptos Navideños

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Marcela del Sol Hallett

Sr. Director:


Recientemente la Ministra de la Mujer y de la Equidad de Género, Antonia Orellana, afirmó en CHV que Camila Sepúlveda, ex pareja del jugador de Colo-Colo, Jordhy Thompson y quien lo acusó de femicidio frustrado, habría dicho “muy claramente que ella no quiere seguir con el juicio, que ha sido mucha la exposición y que, además, se siente defraudada”.


La joven desmintió a Orellana rápidamente, agregando que los dichos la exponen aún más a todo el odio que ya ha recibido en redes sociales. Sin embargo, la situación lejos de quedar zanjada, continuó con la autoridad responsabilizando a la prensa que trabaja en turnos navideños de farandulizar el caso y ser los culpables del mal entendido.


¿Cómo puede una Ministra de Estado tener tan poca rigurosidad para referirse tan segura y equívocamente -a la vez- al deseo de una víctima? No es necesario tener un profundo conocimiento victimológico para entender el daño que sus dichos podrían ocasionarle, dando una señal equívoca ante tantas otras jóvenes y mujeres que han sufrido este tipo de abusos.


Es claro que los tipos de victimización que prosiguen a aquella traumática, derivada de los episodios de violencia, pueden producir daños adicionales que profundizan el perjuicio ejercido. La victimización secundaria, por ejemplo, aquella practicada por los sistemas y servicios en los que la víctima debe continuar con el proceso de denuncia, y, además, la victimización invisible, derivada, de la exposición en los medios y del juicio público, que cuestiona los hechos denunciados, son factores agravantes del daño primario sufrido.


Lamentablemente, las afirmaciones de Orellana demostrarían un desconocimiento de la realidad que viven estas mujeres, lo que es más grave aún, considerando la naturaleza de su Ministerio. Es una equivocada señal para miles de víctimas de violencia intrafamiliar y otros delitos asociados, que con dolor incesante guardan esperanza de resarcimiento judicial y comprensión social. O, lo que es peor, se debaten entre denunciar o no, porque carecen de confianza en un sistema que continúa fallándoles.


Aquí claramente el error no responde a las competencias de los turnos de prensa, sino a los problemas de dicha autoridad para comunicar de manera clara, simple y rigurosa. Más valdría asumir la responsabilidad en los dichos equívocos que perder credibilidad, porque el éxito de un sistema democrático depende de la confianza de sus electores.


La respuesta de Orellana, desviando la responsabilidad hacia otros, podría constituir un ejemplo de la falta de transparencia y el mal entendimiento del que pedir disculpas aminora los logros. En una era en que los discursos, promesas y acciones políticas están disponibles para todas y por todos, a traves de las RRSS, es aconsejable que las autoridades comiencen a reconocer sus errores, implícitamente evolucionando a una mejora de estos, incentivando la seguridad de la ciudadanía que, de otra forma, se siente traicionada por quienes deberían conocer las expectativas del país que dirigen.



Marcela del Sol-Hallett

Co Creadora Proyecto 360 Prevención Criminal

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