Sr. Director,
No cabe duda de que la ciberseguridad en el mundo seguirá evolucionando y su futuro será una batalla constante, librada entre aquellos que velan por proteger nuestra información en el ciberespacio y los que quieren apoderarse de ella por medios ilícitos.
El uso de la inteligencia artificial (IA) será protagonista, con algoritmos capaces de realizar análisis a enormes cantidades de datos que detecten patrones y anomalías para indicar dónde existe un potencial de amenaza. La IA logrará agilizar la identificación y respuesta a los ciberataques.
Otra gran ventaja que se ve a futuro es la automatización cada vez mayor en las tareas de ciberseguridad, lo que permitirá liberar recursos humanos para destinarlos a tareas de mayor complejidad. Incluso se podrá predecir futuras amenazas, basándose en datos y tendencias históricas, permitiendo a las organizaciones defenderse pro activamente de la ciberdelincuencia.
Una proyección importante es el aumento en el uso de la tecnología blockchain, la cual se puede usar para almacenar y transferir información de firma segura, cuya naturaleza descentralizada dificultará de gran manera el que los ciber criminales pongan en peligro una red y la información, así como los sistemas y aplicaciones que por ella transitan. Esta tecnología aplica muy bien para muchas industrias y sectores, destacando entre ellos, la banca, salud y gobierno, áreas en las cuales la filtración de datos podría tener consecuencias catastróficas.
Asimismo, para los próximos años se espera un gran incremento del secuestro de información, ataques en las redes sociales y más suplantaciones de identidad (phishing). Esto último basado en los avances de la IA, lo que llevará a que sea realmente difícil asegurar que la contraparte con que interactuemos al otro lado de la pantalla sea realmente quien dice ser.
Se pronostica también una avanzada capacidad de clonación de imágenes, videos y voz, casi a un nivel de perfección, por lo cual el rol de la ciberseguridad será más crítico que nunca.
El uso de la IA y la penetración tecnológica alcanzará niveles que harán común el uso de servicios básicos que sean totalmente tecnologizados y gestionados por máquinas, como lo es por ejemplo el transportarnos en autos o aviones que operarán sin seres humanos.
Trabajo unificado
¿Se imaginan un ciberataque a un avión? ¿o la toma de control de un bus que nos lleve del trabajo a nuestras casas? Suena lejano, pero ese futuro está cercano y en las próximas décadas será algo cotidiano el que las organizaciones dedicadas a brindar ciber protección tengan el rol de ser los principales guardianes de la humanidad.
En ese sentido, nuevamente la IA jugará un rol preponderante en la ciberseguridad defensiva, donde podrá reducir los tiempos de detección y respuestas automatizadas que superen la gestión humana contra la ciber delincuencia.
También se visualiza un altísimo incremento tanto en la protección como en la prevención de ciberataques al mundo empresarial, incluidos su hardware, software y redes, que deberán ser protegidas contra ataques cada vez más sofisticados, difíciles de detectar y detener.
Vemos entonces un futuro de la ciberseguridad en donde el concepto de unión será clave, una unión sólida y planificada entre el mundo privado, las personas, las empresas y los gobiernos, que deberán unir fuerzas, pues resultará imposible una ciberdefensa efectiva si no se comparten y logran sinergias, fruto de la unión de todas esas experiencias. Será mandatorio ese trabajo unificado para lograr tanto la protección de la información propia como la de otros usuarios. Sin duda, el futuro de la ciberseguridad es ahora.
Néstor Strübe,
Gerente general ITQ latam