US$100 millones para la Transformación Digital del Estado

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Alfredo Barriga

El BID ha aprobado un crédito al Estado de Chile de cien millones de dólares para acelerar la transformación digital del Estado. Es una excelente noticia y oportunidad, que esperamos no se malogre, ya que va en la dirección correcta de la modernización del Estado, que se ha ido desarrollando a paso de carreta de bueyes en los últimos años.


El punto es en qué invertir ese dinero, que tampoco es ilimitado, para que los efectos sean contundentes.


En mi opinión, hay dos objetivos primarios que atender: agilizar los procesos reduciendo los costos de transformación del Estado, y generar un Estado ciudadano-céntrico eficiente (en mi opinión hoy es funcionario-céntrico y político-céntrico).


¿Cómo la transformación digital ayuda a ambos objetivos? Creo que el foco tiene que estar en tres áreas


Lo primero es automatizar los procesos burocráticos, empezando con los que benefician directamente a los ciudadanos (como los subsidios directos), siguiendo por los que agilizan los procedimientos que afectan a la economía y mejoran la productividad (como la autorización para iniciar un proyecto minero) y terminando con los procesos del “back office” estatal (son miles). Esto permitirá que los recursos necesarios para los más necesitados lleguen antes y a menor costo por transacción; que los procesos para echar a andar empresas que crean riqueza y empleos comience antes y sean más competitivos, y que la tan mencionada “grasa” del Estado se reduzca a su mínima expresión. Chile debería adoptar como objetivo lo que hizo Singapur por ley: que ningún proceso o trámite del Estado que se pueda realizar online se realice presencialmente.


Lo segundo es ayudar a generar un Estado “data-driven”. El Estado es el mayor generador y el peor consumidor de datos de Chile. Los datos no son mirados como un activo valioso. Con la cantidad de datos que hay, se podrían llevar a cabo políticas públicas mucho más incisivas, eficientes y efectivas que las que se llevan a cabo ahora. Puedo decir, responsablemente, que con un Estado data-driven el Estado social y de derecho se puede conseguir antes y con mayor impacto.


Y lo tercero es la infraestructura para todo lo anterior. Hay aún una gran resistencia dentro del Estado a “ir a la nube”, con lo cual hay aún mucha infraestructura digital redundante y mal explotada. El Estado debería pasar de invertir en tecnología a gastar en tecnología, siguiendo la Ley de Moore. Las inversiones en materia de transformación digital deben ser la excepción, no la regla.


La transformación digital del Estado va a tomar más tiempo y mucho más presupuesto, pero con este primer envión puede generarse un círculo virtuoso que mejore sustancialmente la vida de los chilenos y la calidad del Estado.


Alfredo Barriga

Ex Secretario de Desarrollo Digital

Profesor UDP

europapress