Pamela Ivanovic, Directora de Postgrado y Educación Continua, Facultad de Enfermería UNAB

​Urge experiencia clínica

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Cartas al director

Sr. Director,


La formación de profesionales de la salud, especialmente de enfermería, se ha realizado históricamente combinando clases en aulas, laboratorios, simulación y experiencias clínicas. 


Para los estudiantes la experiencia clínica les proporciona el contexto de la vida real. Permite prepararlos para lograr un juicio clínico confiable, ofrece la posibilidad de aplicar conocimientos, integrar la teoría con la práctica y, además, adquirir conocimientos y habilidades esenciales para un cuidado seguro y de calidad.


Actualmente, esta ha disminuido como ambiente educativo. En 2020, por la crisis sanitaria, se suspendió la experiencia clínica de todos los estudiantes de salud. En tanto, las instituciones formadoras debieron enfrentar el desafío incorporando nuevas metodologías a distancia para el desarrollo del razonamiento clínico.


En este contexto, la simulación clínica surge como una valiosa herramienta. Eventualmente se podría pensar que reemplazaría una experiencia clínica, y es razonable en el sentido del desarrollo de ciertas habilidades, sin embargo, no permite adquirir experiencia en la relación con las personas a su cuidado y el personal de la unidad, en la que se establece un contacto persona a persona, que es la base de la relación de cuidado.


La formación de enfermeras/os implica un fuerte componente humano y exige un nivel de reflexión que integre las habilidades adquiridas, junto a las características inherentes a la persona, que son determinadas por su capacidad intuitiva y sus aspectos valóricos.


Se hace imperativo remirar la capacidad formadora de los centros clínicos para que los estudiantes desarrollen experiencias clínicas que garanticen su formación integral, y con ello otorguen un cuidado humanizado, seguro y de calidad.


Pamela Ivanovic

Directora de Postgrado y Educación Continua

Facultad de Enfermería UNAB

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