Paso atrás

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Luis Riveros

La aprobación del TPP11 constituyó la decisión correcta ante el mundo y en pro de la propia economía chilena y su derrotero futuro. Es cierto, el debate se dio entre “niñerías” que llegaron a convertir a un Tratado ratificado por decenas de países, en una cuestión que pareció ser solamente de inclinaciones. Teñido de ideología, y en medio de ausentes criterios técnicos, el debate planteado por el gobierno no fue sino uno de pareceres y preferencias personales, sin siquiera destacarlo como una cuestión de Estado. Un episodio que muchos querrían ligar solamente a la personalidad del funcionario encargado de encabezar estas decisiones tan cruciales para Chile, quien se dice ha pedido excusas a través de “mensajes de audio”, como si eso pudiera corregir el daño que se ha causado a la imagen de Chile, construida tras años de ingentes sacrificios. Lo más grave, es que aquí se ha puesto en juego lo que debieses constituir un compromiso del gobierno en orden a mantener el interés del país por encima de consideraciones ideológicas o sesgos personales. Un episodio que pone de manifiesto el intento de poner a una especie de capricho por encima del interés del país, y así intentar sustentar el resquicio de la confirmación de las side letters para la definitiva promulgación del acuerdo conseguido en el Senado.

Se ha dado un paso atrás en esa materia, como lo ha sido también en otros eventos de importancia para el país. Por ejemplo, el país recibió señales de gran preocupación por los temas de la salud y educación públicas, y a menudo se escucharon las críticas sobre lo que refirió como la escasa acción que en el pasado se tuvo en estas materias. En el presupuesto para el año próximo, la cifra per cápita de aumento en el gasto en salud por beneficiario es de escasos cien pesos, mientras que en educación se han recortado significativamente los recursos para los liceos bicentenarios. En el caso del transporte la señal de no incremento en el costo del pasaje, es ahora sustituida por un anuncio de posible aumento en los próximos días. En materia de seguridad, el respaldo que se ha brindado a Carabineros en determinados discursos e intervenciones de algunas autoridades, se contradicen luego con acusaciones que siguen la línea de la descalificación. Son innumerables estas acciones de “marcha atrás” que no tienen ninguna justificación en elementos de fondo, sino simplemente un cambio de pareceres, una idea distinta de la cual no necesariamente surge un argumento clarificador de una línea, un diagnóstico un punto de vista mantenido sobre la base de ideas o principios. Por eso cunde el argumento de que no hay realmente un programa en ejecución, sino sólo un conjunto de ideas muy generales que a poco andar en su aplicación requieren correcciones y reformulaciones.

El gobierno ha caído en forma sustancial en las encuestas de opinión. Es cierto: ellas no son determinantes de nada en lo procedimental, sino solamente información útil para corregir aquellos elementos que la ciudadanía más echa de menos en la política pública: cercanía con sus expectativas. El Parlamento, los partidos políticos y el Gobierno, además del propio Poder Judicial, se encuentran en los últimos lugares de aprobación ciudadana. ¿No será pertinente escuchar ese clamor? ¿No será posible atender de verdad las prioridades ciudadanas, postergadas en función de otras que se autoimpone el mundo político? ¿No será posible que el gobierno haga el esfuerzo por corregir su manera de funcionar en cuanto a objetivos e instrumentos para avanzar y contar con una evaluación efectiva de sus errores? Lo peor es lo que está pasando ahora: una decepción que cunde debido a una percibida desatención por parte de los poderes del Estado, y un clamor ciudadano desatendido que acumula tensiones. Esta situación alimenta malas expectativas, que afectan la marcha de la inversión, el empleo y el crecimiento económico, además que la efectiva mejora en los indicadores sociales. Resulta imprescindible corregir, por el bien del país y su futuro.


Prof. Luis A. Riveros

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