Futuros profesores sin hábitos de lectura

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Es durante prebásica y básica que se enseñanza formalmente la lectura, pero también es el período donde se promociona el gusto por leer. Estos dos objetivos dependen, en parte, de la relación que los propios profesores establezcan con la lectura.  

Estudios previos han sido críticos, sugiriendo que algunos pedagogos parecen actuar como «falsos lectores», poniendo en peligro la formación de las nuevas generaciones. Esto quiere decir que relacionan la lectura con un aspecto de deseabilidad social porque se reconoce que leer es bueno desde cómo me ven los otros, pero no se tiene el hábito. 

«Bajo esta premisa, nuestra investigación indagó en la vida lectora de los futuros docentes que se forman, entre otras cosas, para mediar en los aprendizajes vinculados a la lectura» relata la Dra. Valeria Arriaza, secretaria de Estudios de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la Universidad Autónoma de Chile sede Talca.  

El estudio en el que participa la investigadora se centró en la motivación de los futuros profesores para leer diferentes tipos de textos, los hábitos de lectura y la lectura real realizada durante un año.  

Participaron en la investigación 365 futuros docentes chilenos de educación parvularia (n = 164) y educación básica (n = 201), quienes respondieron preguntas sobre grado de acuerdo y desacuerdo.  

«En línea con estudios previos, observamos una alta valoración lectora por parte de los docentes, pero una baja praxis lectora efectiva. En cuanto a la importancia de la lectura, observamos la utilidad de la lectura como una primera dimensión mientras que el «disfrute» o «conectar con mi historia» son las dimensiones menos valiosas» explica la Dra. Valeria Arriaza. 

El artículo discute sobre las implicaciones de estos hallazgos para la formación inicial de docentes, y especialmente el papel de la literatura infantil en este marco. 

Como comenta la investigadora de la Universidad Autónoma de Chile, «nos alerta de ciertos aspectos, como la discordancia entre autopercepción y realidad en los hábitos lectores, así como sus preferencias lectoras, por ejemplo, la lectura de best sellers gana espacio por sobre otros textos».  

Y agrega: «las casas de estudios tenemos un reto en la formación docente en lo que respecta a desarrollar promotores de la lectura con distintos fines, no solo funcionales, sino también estéticos, afectivos». 

Las lecturas de los futuros docentes son muy similares a la de sus futuros alumnos. Pensando en su edad y formación universitaria parecen no haber ampliado ni complejizado sus intereses y preferencias.  

Lo que preocupa a los investigadores; «si ellos no tienen el hábito lector, será más difícil desarrollarlo en sus estudiantes» finaliza la Dra. Valeria Arriaza. 

europapress