​“Te lo dije”

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Jorge Fuentes

¿Habrá algo más molesto que un “te lo dije”? Esa clásica frase de una madre que advierte- producto de su experiencia- que algo va a ocurrir y que muchas veces no es tomada en cuenta, porque-de manera muy natural también- alguien quiere tener sus propias vivencias con la esperanza de que lo que le señalaron no ocurrirá.

Lamentablemente la llegada de marzo no sólo ha estado cargado por el estrés propio de un mes que, históricamente, ha sido ajetreado, sino que también este 2022 se ha visto particularmente marcado por la violencia al interior de los colegios. Desde un inicio de la pandemia sabíamos que el encierro generaría un impacto en la salud mental de la población y que era necesario poner acento en esta materia tan estigmatizada y abandonada. La salud mental era una olla a presión que hoy nos estalla en la cara y se hace imposible pensar en un “te lo dije”.

Cuando un problema ya es evidente, no queda más que tomar las riendas y hacerse cargo de ellos. El manejo de emociones ya no estuvo incluido en los programas educativos obligatorios de los colegios como parte del proceso formativo, ya no se entregó herramientas a niños, jóvenes y padres para abordar el encierro del 2020, los padres ya estuvieron colapsados y, en muchos casos, no pudieron tener pleno control de los contenidos que estaban consumiendo los hijos y a la cantidad de horas que destinaban a ello. Hoy, con todas las consecuencias de lo que no se hizo y se dejó de hacer, debemos volcarnos en sanar a estos niños y jóvenes para que puedan sociabilizar de manera adecuada y evitar que este camino se transforme en uno sin retorno.

Parece urgente que en los distintos centros educacionales se incluyan no sólo profesionales dedicados a la salud mental, sino que también terapeutas que puedan brindar distintas herramientas a los escolares que les permitan manejar las emociones que los están llevando a actos de violencia y comprender la irracionalidad de la cual están siendo víctimas, las consecuencias de sus actos y las distintas salidas que hay frente a un conflicto.

Es cierto que los colegios son un espacio formativo relevante, pero es necesario también que se entienda que son los hogares el principal núcleo formador de valores.Por tanto son los padres también quienes debe poder brindar no sólo atención a conductas poco recurrentes, sino que alertar y pedir las ayudas necesarias.No obstante, con un sistema de atención colapsado, debemos dar señales claras respecto a efectividad de la medicina complementaria, basada en el trabajo energético, como una alternativa válida para conseguir nuestro bienestar, pues mientras sólo ponemos acento de la herramientas convencionales, la violencia sigue apoderándose de quienes son el futuro de nuestra sociedad.


Jorge Fuentes, 

Psicólogo y Director de Pranavida

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