Demanda de nulidad de la CONVEMAR

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En un hecho sin precedentes en mayo de 2012 el Ecuador bajo el gobierno del ex presidente Rafael Correa, se adhiere a la Convención de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) con lo cual se afectó a la soberanía territorial marítima reduciéndola de 200 a 12 millas, con lo cual se configuró según los defensores de la vida marina la mayor mutilación territorial en más de un millón de kilómetros cuadrados que ha sufrido el territorio ecuatoriano en su historia.

La firma del convenio de adhesión a la CONVEMAR fue anunciada en su momento por el gobierno de turno como un hecho histórico que beneficiaría de manera superlativa a los ecuatorianos, bajo el argumento de que se “tenía mucho que ganar y nada que perder”. En realidad, el país si perdió soberanía al renunciar de manera voluntaria a su legítimo derecho histórico sobre las 200 millas a cambio de 12 millas como quedó expresado en el artículo 3 del convenio, en donde se señala que “Todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas medidas a partir de líneas de base determinadas”.

La suscripción del convenio fue lesiva para el país, según el activista Marcelo Larrea su firma conllevó varias afectaciones como renuncias a derechos legítimos y se comprometió la soberanía del Ecuador sobre las Islas Galápagos. El artículo 121, literal 3 de la CONVEMAR, establece que las islas e islotes que no sustenten habitación humana ni vida económica autónoma carecen de derechos a Zona Económica Exclusiva e incluso a Plataforma Continental, menos entonces, a Mar Territorial. Lo cual se ha convertido en un riesgo inminente para algunas islas del Archipiélago.

Las Galápagos, desde la fundación del Ecuador fueron anexadas a su territorio, sus habitantes aborígenes han coexistido con el mar que las rodea durante miles de años, y además ha sido confirmada su posesión por el Tratado del Pacífico, en la Declaración de Santiago de 1952 y en el Convenio Complementario de Lima de 1954, legalmente ratificado por los poderes legislativos y ejecutivos de Chile, Perú y Ecuador, e inscrito y reconocido en las Naciones Unidas.

La adhesión a la CONVEMAR ha implicado a todas luces un renunciamiento del Ecuador a su soberanía territorial sobre las 200 millas marítimas a cambio de 12 millas, con lo cual se habría puesto en serio peligro la propia existencia de la Islas Galápagos como centro planetario biodiverso, sin otro interés individual que el de entregar los mares a los apetitos depredadores de las empresas transnacionales. quienes hacen uso de los recursos ictiológico como si fueran de uso privativo, sacrificando el futuro alimentario y la vida misma de los pueblos y naciones.

Es importante destacar que la defensa del mar y de las Islas Galápagos es una responsabilidad conjunta de todos quienes habitamos el Planeta; si bien, soberanamente pertenece al Ecuador se convierte en una pertenencia de todos. El 8 de septiembre de 1978 el Comité de Patrimonios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la declaró Patrimonio Natural de la Humanidad por su excepcional belleza natural, por ser ejemplo vivo de las etapas de la historia de la tierra incluyendo testimonios de vida, por representar ejemplos de procesos ecológicos y biológicos y evolución de ecosistemas, y por guardar los hábitats naturales más representativos para la conservación de la biodiversidad desde la perspectiva de la ciencia y la conservación.

Hoy cuando estamos próximos a conmemorar 43 años de la declaratoria de la UNESCO, ese laboratorio vivo de procesos evolutivos y herencia común de la humanidad, denominado Galápagos convoca a los habitantes del mundo sin distingo de razas ni de clases sociales a movilizarse para defender su belleza natural, su diversidad de especies, su dinámica geológica, su sinnúmero de especies vegetales como de animales únicos en el planeta, que hoy más que nunca producto de la adhesión del Ecuador a la CONVEMAR, se sienten amenazadas por la voracidad de la pesca indiscriminada de las gigantescas flotas pesqueras de empresas transnacionales y en su mayoría China.

La convocaría es a defender Galápagos, a exigir el retiro inmediato de las flotas pesqueras chinas y de otros países, que a partir de la firma de la CONVEMAR permanentemente incursionan los mares circundantes, depredando la riqueza marina, liquidando la pesca artesanal e industrial, que es y ha sido una fuente alimentaria milenaria de los pueblos rivereños; al mismo tiempo lesionando gravemente la soberanía de los países y los equilibrios de los ecosistemas y de todos los equilibrios marinos.

La única salida posible para poner fin a este conflicto de invasión de la gigantesca flota pesquera China que arrasan las especies marinas, que amenazan la alimentación de las presentes y futuras generaciones, que pescan en la cercanía de Galápagos y se desplazan por Perú y luego a Chile, es que de inmediato se demande la nulidad de la CONVEMAR, se exija con ello la restitución de las 200 millas de mar territorial y se declare la vigencia plena del Tratado del Pacífico, Declaración de Santiago que tuvo lugar en 1952 y que adquirió de manera indiscutible un estatus de ley universal.


Prof. Félix S. Pilay Toala

Doctor. Economista, Magister en Administración Pública.

Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo

ptfs@pucesd.edu.ec

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