¿Para quién legislan?

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Germu00e1n Pinto (columnista)


Siempre he sido crítico del trabajo y las actuaciones que nuestros parlamentarios han tenido en materia tributaria, debido a las imprecisiones y errores conceptuales que han demostrado tener en esos temas, pero la semana pasada hemos sido testigo de la total desconexión que tienen de las necesidades apremiantes de los ciudadanos. Me refiero específicamente a la tramitación del proyecto de ley que posterga la fecha del pago del permiso de circulación.

Todo comenzó el 18 de marzo cuando 10 diputados presentaron la moción para dictar una ley con un solo artículo que facultaría a los concejos municipales para prorrogar el pago del permiso de circulación argumentando que la realización de ese trámite “convoca a una gran cantidad de personas y que genera aglomeraciones”. Por otro lado, comulgaba con las medidas que el Gobierno había impulsado para ayudar a las familias y pymes, que derivó en la Ley 21.225, la postergación de la fecha para realizar las revisiones técnicas (Ley 21.224) y el paquete de medidas anunciadas por el Ministerio de Hacienda que postergaban el pago del Impuesto a la Renta, las contribuciones, suspensión del pago de los PPM y otras que ayudaban indirectamente a la liquidez de los contribuyentes. Es decir, la moción que presentaron los diputados tenía una clara intención: evitar las aglomeraciones y ayudar al bolsillo de las personas.

El 23 de marzo se envía el proyecto al Senado para que siguiera con su segundo trámite constitucional.

Todos los conductores estábamos expectantes al resultado de esta tramitación y postergamos la decisión de realizar este trámite para ver si se concedía tal merced, la cual sería muy bienvenida.

El 25 de marzo, a 6 días del término del plazo, el Senado comunica a la Cámara de Diputados que ha rechazado el proyecto por considerarlo inadmisible y que se debe conformar una comisión mixta, compuesta por senadores y diputados, que dirima las diferencias.

Llega así el viernes 27 de marzo donde el Senado vota el informe de la comisión mixta y comienza una serie de declaraciones de los miembros de esta comisión y del resto de los senadores.

La discusión en sala derivó en una serie de declaraciones de los parlamentarios, desarrollando una retórica que agotaba rápidamente el tiempo asignado para senador que intervenía, además de discutir si el trabajo correspondía a la comisión de transporte, de constitución o de gobierno; como también en exaltar lo negativo que era el proyecto al otorgar tantas facultades a los concejos municipales, de que el proyecto era peligroso porque dejaría sin recursos a los municipios y otros argumentos que desoían los fundamentos del proyecto primitivo: evitar aglomeraciones y aliviar el bolsillo de las personas.

Al final se votó la gran solución que la comisión mixta había propuesto: cambiar el texto del único artículo de la moción presentada, por otro que decía que no se cursarían multas a quienes no hubiesen pagado el permiso de circulación. Es decir, nada de lo que la ciudadanía estaba esperando, obligando a que los últimos días del plazo para realizar el trámite, miles de conductores hicieran colapsar las páginas web de los municipios, siendo imposible realizarlo por ese medio, no quedando más remedio que efectuarlo presencialmente. Lo malo de esto último, es que se corría el riesgo real y evidente de contagiarse con el COVID19 por estar en oficinas cerradas con muchas personas.

¿A caso esto no fue previsto por nuestros legisladores?

Cuando salió el texto a la luz y fue enviado al Ejecutivo para su aprobación, amén de la evidencia del peligro que estaban corriendo las personas que hicieron el trámite presencial, el Presidente se vio obligado a enviar un veto con una indicación que derivó en el cambio total del artículo que salió del Senado, concediendo la postergación del pago del permiso de circulación, permitiendo pagar en dos cuotas y no aplicar multas ni intereses, es decir, un texto que generaría todas las penas del infierno que los senadores señalaban que sucederían si se aprobaba el proyecto tal como se había pensado inicialmente por los diputados.

Lo que más me causó curiosidad, y por qué no decir molesta, fue que el nuevo texto que emanó del Ejecutivo producto de este veto fue aprobado por unanimidad por los senadores, es decir, el texto del veto fue tan contundente que convenció a los senadores que habían desarrollado una verdadera diatriba contra el texto inicial, pero que ahora aprobaban sin mayor cuestionamiento.

Sin duda que esto es un ejemplo del trabajo deslucido que hacen nuestros parlamentarios y que yo ya había criticado por lo adocenado de las discusiones, para que pararan la chacota, para que leyeran el proyecto completo y otras alusiones al debate que se hacía de los proyectos de reforma tributaria, pero que ahora afectó a un grupo importante de personas que, incluso, vieron en peligro su salud por tener que romper las cuarentas y el aislamiento que debemos realizar por la contingencia sanitaria que estamos viviendo. Es por lo que me pregunto, ¿para quién legislan, si no se preocupan o no tienen en consideración las coyunturas que debemos vivir día a día?



Prof. Germán R.Pinto Perry

Universidad de Santiago

europapress